1. Manuela (11)


    Fecha: 03/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desesperación, con urgencia, sintiéndome apresado por los muslos de Milí que aprieta con una tremenda fuerza sus piernas alrededor de mi cuerpo y grita durante muchos segundos, apretando aún más los muslos, durante el tiempo que dura su largo orgasmo.
    
    Mi corrida es buenísima, corta, intensa, profunda. Rosa ha mantenido su lengua dentro de mí durante todo el rato y ahora continúa entrando y saliendo lenta y suavemente, como si de un masaje relajante se tratara, incluso después de que la gordita se levante y vaya a sentarse junto a Cosme y la cocinera. Esa especie de serpiente que entra y sale de mi culo es especialmente agradable y cuando bastantes minutos después consigue que mi pene de señales evidentes de recuperación, todos los presentes aplauden y lanzan exclamaciones de gozo dedicadas a la lengua de Rosa. Es su marido quién pone algo más de pimienta en el ambiente: "querida mía, ahora debes conseguir que la polla de Luis esté lista para darte gusto, así que cómesela como tu sabes y no nos defraudes a los que estamos mirando, aunque quizás dentro de un rato debamos ayudarte un poco para que consigaís follar, ¿no?"
    
    Rosa y yo estamos de pie, fuertemente abrazados porque nos han atado las manos de cada uno a la espalda del otro. Tengo mi rabo, medianamente tieso y duro tras el trabajo bucal de mi ex, introducido en su mojado sexo y desde hace unos minutos estamos a oscuras de manera que desconocemos quienes de los presentes nos están acariciando, besando, chupando y ...
    ... metiéndonos mano por todo nuestro cuerpo. Me parece tremendamente excitante y los efectos los va notando la mujer, que me lo dice al oído ("cómo te pones, cabronazo; qué bien me lo vas a hacer con ese cipote gordo y duro") al mismo tiempo que comienza un lento movimiento de arriba-abajo y derecha-izquierda que le permite restregarse entera conmigo ("me gusta sentir como nos rozamos y restregamos en todo el cuerpo; qué cachonda me estoy poniendo, cariño").
    
    Siguen tocándonos, besando y lamiendo y las respiraciones se empiezan a oir más fuertes, rápidas y excitadas, aunque nadie nos habla ni dice nada. La polla ya la tengo en un perfecto estado de erección y a pesar de lo medianamente incómodo de la postura (en algún momento parece que flotamos en la oscuridad de la habitación sujetos por las manos y labios de los que nos rodean) la excitación de Rosa y mía va subiendo a niveles de necesidad de orgasmo. Echo de menos no poder utilizar las manos, lo que intento paliar moviendo la cabeza para comerle boca, tetas y pezones a mi partenaire. Ya llevamos unos minutos con un movimiento de cópula que quiere ser más rápido, mientras que parecen multiplicarse las bocas, lenguas, dientes y manos que nos excitan. La mujer se echa con fuerza sobre mí ("es Cosme, quiere sodomizarme; ¡joder!, que calentura tiene, está como nunca") intentando doblarse algo por la cintura, lo que me obliga a apretarme a su pubis y a recostarme en un sofá, e inmediatamente empieza a hablar y gemir un poco más ...
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