1. Manuela (11)


    Fecha: 03/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pero que está muy buena: media melena de color castaño rojizo, ojos verdes, labios gruesos rojos, tetas grandes, altas, llenas, duras, caderas anchas redondeadas que cobijan un trasero grande y prieto, piernas largas con muslos redondeados un poquito gruesos y un verdadero afán exhibicionista, porque desde que subió al barco ha estado vestida (¿?) con un mínimo biquini de un rojo brillante con una braguita que deja ver su glorioso culo, excepto una excitante estrecha cinta en su raja y un sujetador que casi descubre la totalidad de las grandes tetas. Excitante, sí señor y calentona, dejándose querer; quedona, algo descarada, del tipo calientapollas. Tiene buen gusto Cosme.
    
    De nuevo llaman muy suavemente a la puerta ("¿Luis?, abre; ven, que vamos a jugar"). Rosa, completamente desnuda excepto unas bonitas medias negras transparentes y un pañuelo negro anudado al cuello, cosas que ha debido ponerse ahora mismo, me coge de la mano mientras toca suavemente el rabo y me introduce en el servicio de un pequeño camarote situado junto al suyo ("quiero que me veas mientras lo hago con mi marido, quédate aquí y a través de esta claraboya nos podrás observar. No te masturbes porque cuando acabe tu y yo nos lo montamos").
    
    La claraboya es un orificio en la pared tapado habitualmente por un espejo que permite ver el dormitorio del matrimonio y los grandísimos espejos que recubren las paredes. Rosa está arrodillada en el suelo chupándole la polla a Cosme sentado en la cama; da la ...
    ... impresión de que se han colocado en el lugar que mejor permite observarlos así como donde mejor se refleja su actuación. Al cabo de un rato el marido tiene una erección tremenda que pone de relieve una polla muy larga y estrecha, se pone de pies y levanta a su mujer dando un seco tirón del pañuelo que lleva al cuello, mientras le oigo medio gritar: "zorra, ¿ya has gozado con Luis o has quedado para luego?; te pone tu ex, eh; vas a darme gusto y voy a decirte todo lo que me apetezca"
    
    "Sí, por favor, díme todo lo que me gusta; cariño, no te cortes". Un nuevo tirón al pañuelo y Rosa se arrodilla en la cama para que Cosme se la meta en el coño de un empujón, quedándose quieto después de agarrarse como con dos garras a los glúteos ("¡muévete sin parar!; no quiero cansarme"). Los gemidos de la mujer van creciendo en intensidad según crece también el movimiento de vaivén que realiza y los comentarios del hombre ("me gustas golfa, sigue así; quiero correrme; ¡vamos putón, no pares!) que agarra el culo de mi ex apretando, pellizcando y dándole golpecitos con la mano que es evidente encantan a Rosa ("sí, cariño; pégame, más fuerte, más, más"). Llevan más de diez minutos de rápida follenda cuando el hombre (no deja de sorprenderme el tremendo ritmo que se gasta este sesentón enfermo del corazón) empieza a gritar ("me corro, amor; no pares, sigue cariño, sigue") hasta que se desploma sobre su mujer dando una especie de corto alarido ("aaayyyuuuyyy"). Estoy muy brutote, o viene Rosa o me ...
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