1. El naufragio del amor


    Fecha: 29/04/2021, Categorías: Masturbación Autor: kaliman, Fuente: CuentoRelatos

    ... intentar aquello. La mirada fija en su rostro, mirada que Minerva sostuvo correspondiendo a la ternura que Rolando irradiaba hacia ella.
    
    —Minerva yo… te amo.
    
    —lo sé, yo también te amo.
    
    Rolando le beso con tanta pasión que apenas le permitía respirar le estrechó con todas sus fuerzas. Pero Minerva lo detuvo.
    
    —no aun no, debo hablar con Alejandro, se paciente por favor.
    
    —hare lo que tú quieras.
    
    Esta escena fue presenciada por Alejandro, que muerto de celos decidió espiar a la pareja.
    
    Desecho regreso a la choza había perdido a su mujer, pero estaba consiente que la había perdido desde hacía mucho tiempo.
    
    Ya llegada la noche Minerva y Rolando retornaron al lado de Alejandro, Minerva se dirigió a la choza donde Alejandro le esperaba.
    
    —¿estas dormido?
    
    —no espero que me des una explicación.
    
    —te equivocas no te debo una sola, te dije que tendría valor para avisarte cuando no quisiera nada contigo, llego ese momento. No quiero reproches o reclamos yo nunca reclame tu olvido, no sé porque pasó, quizá otra mujer no lo sé quizá, el único que sabía algo era José, de otra manera no me explico porque se atrevió a querer violarme.
    
    —¿porque no lo me lo dijiste?
    
    —para que, si no te importaba
    
    —tienes razón no tengo nada que reclamarte, perdóname es solo que ahora no lo soporto, esta situación me puso en mi lugar y me dio la más cruel de las lecciones
    
    —voy a pasar la noche con Rolando
    
    —será como tú quieras.
    
    Minerva abandono la choza de ...
    ... Alejandro ilusionada iba al encuentro del amor y la pasión que tanto le hacía falta, ese amor que ahora Rolando le provocaba y que estaba dispuesta a recibir aun con su marido tan cerca.
    
    Rolando, la esperaba en su choza oscura totalmente, al escuchar sus pasos se aproximó a la entrada y la tomo del brazo para guiarla al que sería su lecho.
    
    —pensé que no vendrías.
    
    —debía hablar con Alejandro y romper nuestra relación cara a cara.
    
    —cada vez admiro y te amo más.
    
    Rolando le tenía recargada en su pecho, Minerva emitía su enervante aroma de hembra, y Rolando aspiraba recargando la nariz en su cabello.
    
    —me parece un sueño, un lindo sueño el tenerte aquí, junto a mí, tanto que no me atrevo a tocarte.
    
    —Rolando vine aquí junto a ti porque deseo ser tuya, no te detengas yo lo deseo y te lo estoy pidiendo.
    
    —que así sea reina mía me muero por tenerte entre mis brazos.
    
    En medio de la oscuridad unieron sus labios iniciando así la consumación del amor fuerte y abrasante que había surgido entre ellos.
    
    Rolando ocupo mucho tiempo besando a Minerva, tanto como le fue posible, estaba hambriento de aquella boca roja y sensual, era tan fácil deshacerse de aquella rudimentaria vestimenta que las indelebles cintas se rompieron con una mínima presión de manos de Rolando, las enormes hojas que cubrían sus redondos senos y la parte inferior de su cuerpo fueron desechadas tal cual eran, hojas arrancadas de su sitio al ya no ser de utilidad.
    
    Después de aquello, Minerva cual ...