1. Djamel, de humilde lacayo a calenturiento amante


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... del sol que tomo en verano, el tuyo es propio, natural…
    
    — ¿Cómo que es del verano si tu cuerpo tiene color entero y no tienes marca del bañador?
    
    — Porque no uso ni tengo bañador…
    
    — ¿Nudista?
    
    — Vale, o naturista; me gusta ir siempre que puedo desnudo y tú me gustas más aún así, desnudo…, solo te falta un poco de gimnasio para poner tus músculos pectorales y abdominales duros, pero eso se remediará…
    
    — ¿Tú vas a gimnasio?
    
    — Es necesario para mantenerse en forma, la vida sedentaria acumula mucha grasa.
    
    — Me lo imaginaba.
    
    — Menos cháchara y chúpamela.
    
    — Con mucho gusto, allá voy.
    
    Se inclinó para meter mi polla en su boca y sacó las piernas fuera de la cama, le cogí por las rodilla y lo arrastré hasta mi cara. Se acomodó de modo que su polla quedara en mi cara, pero yo quería su culo para preparar la follada que le iba a dar con toda mi energía, Quería ver su capacidad de aguante, sin dañarle nada, pero que sintiera la fuerza del sexo. Por eso quería dilatar bien ese culo que ahora miré bien para examinarlo. Parecía apretado, pero de fácil acceso porque mi primer dedo se escurrió dentro sin apretar, cuando solo quería masajear su esfínter externo. Hoyito muy redondo, pequeño, suave y sin fruncido, estaba liso, muy liso, afeitado, pero con descuido, le quedaban unos pelos sueltos. Seguro que se lo había afeitado de urgencia ese mismo día, porque me había visto totalmente afeitado cuando espiaba a su jefe.
    
    Metí mi boca sobre su hoyito y comencé a ...
    ... succionar. No salía más que aire, estaba muy limpio. Entonces metí la lengua con la punta apretada y el músculo tenso, empujé, entró, cerró su esfínter para aprisionar mi lengua, comencé a sentir placer en mi polla entre las lamidas que me daba y mi lengua aprisionada. Era como estar preso y maniatado, aunque mis manos iban jugando con sus bolas encerradas en el escroto moreno; más morena era su polla, casi negra, pero sedosa y suave al toque de mis manos. Mientras me sujetaba la lengua dentro tenía que respirar por la nariz y le daba cerca de su agujero y él suspiraba cada vez que le echaba el aire cerca de su coxis.
    
    Se cansó de aprisionar mi lengua y la saqué para volverla a meter varias veces como follándole el culo. Por el movimiento de su cadera noté como la gozaba y la deseaba y yo estaba con ganas de echar mi semen al exterior, también movía ya mi cadera y mis piernas del placer que sentía previo al orgasmo.
    
    — Siéntate sobre mi polla o me correré ya.
    
    Se enderezó de rodillas y se acomodó. Levantó sus piernas para dejar que levantara las mías y se encajó del todo, ambos tumbados y mi polla en su interior. Iniciamos los dos un ligero movimiento porque estaba mi polla hasta lo más profundo. A la vez levantábamos nuestro culo como queriendo ser atravesado del todo. Yo notaba una pared en el fondo que me daba mucho placer y Djamel se corrió. Vi sus chorros en un instante. Los tres primeros subieron bastante y se cayeron sobre nosotros, los demás cayeron encima de Djamel ...
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