1. Djamel, de humilde lacayo a calenturiento amante


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... firmar, firmas; si te parece arriesgado, no firmes, pero te lo quedas todo y ya nos veremos un día en una esquina cuando tú me pidas limosna.
    
    — Con eso insinúas que me ha estado timando Martínez…
    
    — No; yo no insinúo nada, afirmo que te ha estado timando. Cuando hayas firmado eso… no, antes de firmar eso miras todos estos papeles para saber qué se ha hecho con tu dinero… luego, te pones delante de mí en cuatro patas… ¿me entiendes?
    
    — No, te lo firmo sin leer eso, no quiero más disgustos.
    
    — Yo te lo explicaré pacientemente, porque quiero que sepas lo que ganas y lo que pierdes en cada partida y operación. Ahí te enterarás lo que yo gano gracias a tu dinero, porque yo no trabajo gratis.
    
    — ¿Qué puedo hacer para agradecerte tu sinceridad?
    
    — ¡Joder! ¿No está claro? Tu asistente está esperando que me lo ofrezcas, tiene ganas de carne fresca y joven, ¿a qué esperas?
    
    — ¿Dónde te lo mando?
    
    — Al hotel a las 9 de la noche y sin haber cenado, lo invito yo.
    
    — ¿No quieres que os invite yo a cenar? —preguntó Mariano.
    
    — No; que luego te vas a querer meter por medio, deja que me lo pase yo por mis huevos a mi gusto y arréglate tú con quien quieras esta noche.
    
    Me llevé los papeles firmados, pero antes de despedirme, le saqué su polla de sus pantalones a través de la bragueta y le di su primera ganancia, una mamada que le hacía suspirar, gemir y acabó echándome a la boca todo su salado esperma. Se quedó satisfecho y yo feliz.
    
    Llegué a mi hotel y me fui ...
    ... directamente al bar a tomar un whisky. Antes dejé aviso al conserje que a las 9 de la noche vendría un joven, que me esperara en el hall y me pasara aviso para bajar. Luego le dije que ese chico pasaría la noche en mi habitación porque al día siguiente teníamos que viajar, que lo pusiera en la cuenta. El conserje ni se inmutó y tomó nota.
    
    Cuando acabé mi copa de whisky me subí a la habitación a poner los papeles en orden. Cursé unos correos desde mi ordenador a uno de mis agentes para que se hiciera cargo. Le mandé escaneados los documentos firmados, gracias a que siempre llevo conmigo mi AIRIScan*Book que ocupa muy poco espacio y me escanea perfectamente.
    
    Mientras tanto pasó el tiempo y me estaba cambiando de ropa para salir a la calle y me avisó el conserje que había llegado un joven llamado Jamel —se refería a Djamel— y me estaba esperando. Así que acabé de arreglarme y tras perfumarme me apresté a bajar al hall, no sin antes llevarme un par de muestras de perfume diferente al mío.
    
    Desde la salida del ascensor divisé a Djamel y me aproximé a él. Me abrazó, me besó sin discreción y lo besé. Me dije a mí mismo de modo rápido «con las ganas que tiene el muchacho, ¿cómo no lo voy a complacer, si debe estar harto de ese viejo egoísta con el que vive? Descubrí un Djamel que no me imaginaba. Desde el primer momento me habló con sencillez, me tuteó, me indicó los mejores lugares para cenar y me dijo algo que me extrañó:
    
    — No tengo reparos a nada, soy maricón, me gustan los ...
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