1. Mi amiga Feli me llevó hasta él (3): Mi vida con Abel


    Fecha: 24/04/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... pensé que para cantar era necesario que hubiera un coro o grupo con director o se cantaba mal e individualmente.
    
    También iniciamos una costumbre entre Feli y yo. Ella me acompañaba a los conciertos, yo la llevaba en mi coche que tenía apertura vertical de la puerta trasera para que entrara Feli fácilmente con su silla, gracias a un dispositivo que la elevaba. Siempre venían con nosotros dos músicos y los demás iban en el coche de otro de los músicos. Feli entraba con nosotros y buscábamos un lugar para ella. Esto fue así hasta que conseguimos entre todos una furgoneta donde pagamos 8, pues se habían acostumbrado a Feli. También a la furgoneta mandé ponerle un dispositivo elevador y sustituir el asiento por las pinzas para la silla de ruedas.
    
    El día que me buscaron para una danza por haber enfermado uno de los bailarines, me la llevé al camerino para no dejarla sola. Ese día se acabaron los tapujos, porque nos vimos allí los dos cara a cara y tuve que vestirme las mallas. Me vio en silencio todo el tiempo, luego vino una muchacha, era la maquilladora. Luego la acompañé a bambalinas, a un lugar donde no molestara a los actores y pudiera ver bien. Cuando hube acabado, me la llevé al camerino, me duché, me vestí y me pidió ir al baño, la acompañé y le ayudé a sentarse. Esperé afuera hasta que me llamó. La sostuve para sacarla en brazos, la senté a la silla y salimos al coche.
    
    Ese día íbamos solos y le dije que nunca se pusiera en peligro al levantarse o ir al baño que ...
    ... yo la acompañaría. Se convirtió del todo y para todo en mi hermana. Cuando la mujer, Antonia, que venía a vestirla, no lo podía hacer, la vestía yo, cuando salíamos de viaje, le ayudaba a ducharse y luego la vestía yo. Mandé hacer una plataforma para que accediera a la cocina y pudiera cocinar cuando lo deseara. Nuestra vida se convirtió en una armónica fraternidad de dos hermanos que se necesitaban. Todo fue gracias a unas chocolatinas y bombones que me daba siendo ella más joven y yo un niño.
    
    En cuanto Abel supo que me había pasado a vivir a casa de ella porque le contamos en una de nuestras visitas, se alegró porque habíamos mejorado nuestra vida. También nos dijo que le habían dado un nuevo destino a una población más cercana a la ciudad con lo que también nos alegramos porque podríamos ir quizá con más frecuencia. Entonces nos dijo que también él tendría que ir a la ciudad con más frecuencia para asuntos varios. Entonces insinuó si podría venir a vernos a casa. Miré a Feli y nos entendimos. Feli le dijo:
    
    — Abel, tienes la puerta de casa abierta y no tienes nada que esconder; Izan me lo ha contado todo, toma las llaves, —se las dio— no necesitas avisar, si estamos ya somos tres, si no estamos a causa de los conciertos te acomodas, es tu casa.
    
    Desde entonces nuestra casa fue su casa; razón por la cual cambié una cama que necesitaba reparación por una nueva donde cupiéramos los dos.
    
    Todas las semanas venía Abel a la ciudad. Se había programado los lunes libre, ...
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