1. Orgia canina


    Fecha: 08/04/2021, Categorías: Zoofilia Autor: danzoo101, Fuente: SexoSinTabues

    ... no tal vez no hubiera seguido con esta fantasía. Hércules, dale que te dale, penetrándome violentamente. Yo apoyada sobre mis codos, mi rostro contra la hierba del suelo, mordiendo de placer. ¡Así perro, meteme esa verga en el culo! ¡Sácame la mierda, perro hijo de puta! - gritaba en mis delirios orgásmicos. Hércules bombeó y bombeó hasta que sentí que su bulbo se había anclado firmemente a mis esfínter anal. Sentí los latidos de su eyaculación y litros de leche caliente y espesa inundaban mi recto. Trató de salirse pero ¡imposible!. Estábamos enganchados como dos perros. Macho y hembra unidos por sus sexos. Pasó su pata trasera por sobre mi culo, y unidos por nuestros genitales, permanecimos unos minutos. Puse mi mano sobre mi clítoris y mientras Hércules me echaba esperma en el culo, yo me hice una masturbación entre gritos y gemidos de dolor y placer. Era el cuarto perro de la orgía, y gozaba como una perra en celo. A los veinte minutos, Hércules pudo sacar su pija de mi culo. Estaba sucia de sangre, leche y mierda. Se la lamió, pero el hijo de puta ni me olfateó el culo maltrecho. Era un verdadero hijo de puta, y como buen doberman se fue bien altanero a su jaula. Yo quedé con el culo deshecho, a la vez que me vinieron unas ganas de cagar increíbles. Me puse como una perrita y me mandé una cagada de película. Un montón de mierda, con restos de semen y sangre se depositaron en el pasto del corral. ¡Así putita, olfatéala, olfatéala! - me ordenó Carlos. La olí y era de un ...
    ... olor bien fuerte. ¡Se viene el quinto de la serie: Marte, el rotwailer!. Entró macizo y decidido. Olfateó la mierda que había cagado hace instantes y le hecho una meadita encima, levantando la pata. Se dirigió a mí, metió su corto hocico entre mis piernas y lamió los jugos que había: los míos y los de los cuatro perros anteriores. Movió su rabo, me montó y trató de metérmela en el culo. Yo palpé su verga y la dirigí a mi concha. El perro la sacó de ahí y me la apuntó a mi culo. ¡No, otra vez no! - grité resignada. Me recostó sobre mis codos y dejé que el perro hiciera lo que quisiera. Su peso era bastante mas alto que el de los anteriores. Embistió y embistió hasta que consiguió lo que se propuso: me la ensartó en el ano. ¡Ayyy, ayyyy, me esta destrozando el culo! - grité, ¡me desgarra el culo, tiene la pija gordísima!. Sácamelo Carlos, por favor! - imploré a mi novio. ¡Estas loca, déjalo quietito que goce de su perra de turno! - dijo riendo Carlos. El perro me tenía enhebrada por el ano, bombeando y metiéndome una verga impresionante de gruesa en el orto. Sentía el roce de sus venas, rasgando mi recto, largando chorritos de jugos. Las lágrimas me salían sin quererlo: era la peor (o mejor) cogida anal que me hubieran hecho. Me dediqué a disfrutarlo, sabiendo que yo había querido esta orgía de fantasía. Me la metió más y más y cuando llegó al clímax, ya su enorme bulbo estaba dentro de mi ojete. Tiró y no podía sacarla, y el abotonamiento se había dado una vez más. Su enorme ...
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