1. Orgia canina


    Fecha: 08/04/2021, Categorías: Zoofilia Autor: danzoo101, Fuente: SexoSinTabues

    ... Gedeón lamía mi conchita maltrecha. Luego dio un lametón a su verga y se marchó a su jaula. Los orgasmos que estaba teniendo eran indescriptibles. Mi fantasía se estaba haciendo realidad, y solo habían transcurrido una media hora desde que había llegado. Carlos me miraba y se sonreía. ¡Eres una perra bien puta mi amor!. Entre sus manos tenía su pija, ya que el cabrón se pajeaba mirándome como los perros me iban copulando. ¡El que sigue es Brutus! - dijo Carlos, abriendo la próxima puerta. Apareció, lento, con su belleza de perro de raza: un pastor alemán, el tercero de la serie. Se acercó, me olfateó la cara, el cuello, las tetas, y mi culo. Me puse de espaldas, ofreciendo mi vientre. Me lamió el ombligo, y se dedicó a chuparme la concha. Me retorcía de gozo, y acababa litros de jugos sanguinolentos. Su verga se asomaba poco a poco. ¡Siempre el mismo perro pelotudo! - gritó Carlos, al tiempo de que me dice: ¡ Pajéalo, pajéalo!. Me coloqué debajo de él, y tomando su capullo peludo lo empecé a masturbar. Al ratito asoma una tranca de tamaño respetable. Seguí pajeándolo y Brutus empezó realizar los movimientos coitales, asomando más y más su verga. Me puse en cuatro patas y le ofrecí mi culo, lo olfateó y poco a poco me coloqué debajo del perro. Tomé su verga, la rocé sobre los labios de mi concha, sobre mi culo, y la utilicé como consolador. Palpé su bulto y era bien grande, como una pelota de tenis. ¡Uyyy, que bulbo tiene este perrito! - dije con asombro. ¡Si te metes con ...
    ... Brutus tendré que meter mano a los baldes de agua! - agregó Carlos. Seguí disfrutando de mi vibrador de carne, sin escuchar a Carlos, sintiendo el palpitar y los jugos que esta respetable verga goteaba. En el éxtasis del placer, alcancé a meter un pedacito en el ano, y prácticamente me lo fui lubricando con los jugos del perro y sangre de mi período. Entre mis muslos, había un río de jugos de colores rojos a rosados. No resistí más me di vuelta y me dedique a chuparle la pija. La chupé como una puta, pajeándola con mi mano y en algo increíble me metí el bulbo hasta donde pude: el borde de mis labios. Un torrente de esperma perruno inundó mi garganta. Para no atorarme tuve que beber ese fluido viscoso. ¡Era la primera vez que tragaba leche de perro!. La verdad que al pobre de Brutus lo hice acabar como un burro. ¡No es de los mejores sementales! - dijo Carlos, ¡pero tiene una verga que sabía que te iba a encantar!- agregó. Brutus, así como entró volvió a su encierro, lento, pero segura que lleno de alivio por la mamada recibida. ¡Se acabaron los pastores! - gritó Carlos. ¡Es el turno para Hércules, el doberman! - agregó a la vez que abría la puerta. Cuando lo vi me hizo acordar a Atila, el primer perro que me enculó. Y como no podía ser de otra manera, este perro me montó y casi sin puntería alguna me la metió en el ano. ¡Ayy, ayyy, la puta que lo parió!- grité, ¡hijo de puta, tenías que ser un doberman para romperme el ojete!. Menos mal que Brutus ya me lo había lubricado, que si ...
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