1. No fue una noche mas


    Fecha: 02/01/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... apasionadamente, Abel empezó a subirme la falda y a frotar mi sexo por encima de mis finas y casi transparentes bragas, por lo que podía sentir perfectamente la presión de sus dedos en mi clítoris. Alberto comenzó a desabrocharme la blusa e intentaba de forma apresurada quitarme el sujetador. Estaba claro que los dos estaban demasiado cachondos para hacer las cosas como a mí me gustan. Decidí parar un poco aquello, y con la escusa de ir a lavarme en un momento, me zafé de ambos y me dirigí, desarmada en mi vestimenta pero con el pelo recogido gracias a mi “moño perfecto”, al baño que se situaba en otra habitación donde había una cama grande, pues todo había ocurrido en una especie de salón recibidor donde dejé a mis dos yougurines sudando y jadeando.
    
    Sola en el cuarto de baño me había quitado ya la blusa y la falta. Apoyada en el lavabo me miraba a los ojos en el espejo y me decía a mi misma que seguía en forma y que la caza mayor estaba siendo un éxito: pobres infelices… no saben lo que les espera.
    
    Cuando me decidí a salir contoneando mi cuerpo con sólo la ropa interior y sin quitarme los zapatos de tacón, rozando mi cuerpo contra el marco de la puerta al estilo más peliculero que pude improvisar, pude ver que ellos también se habían lanzado y estaban en calzoncillos tumbados en la cama esperándome ansiosos. Lógicamente dirigí mi vista hacía los paquetes de ambos y pude comprobar que todo estaba en marcha correctamente.
    
    Con pasos lentos y medidos, como una modelo ...
    ... en una pasarela de Milán, me dirigí al centro de la cama para, sin llegar a acostarme entre ellos, gatear hasta la entrepierna de Alberto y sin más miramientos agarrar sus slips y bajarlos hasta sus rodillas. Su pene erecto era del tamaño y grosor que a mí me gusta; siempre he deseado que los hombres con los que tengo sexo dispongan de material suficiente para hacerme gozar a tope y no depender de su capacidad de uso. Inmediatamente lo cogí con una mano y acerqué mi boca hasta introducir más de la mitad en una primera embestida. Abel alucinada mientras Alberto comenzó con un gemido largo y casi, diría yo, doloroso. Eso me puso a tope. Sentí como alguien cogía mi mano y la forzaba a agarrar el miembro aún oculto baso su slip. Abel no se había percatado de que la otra mano estaba ocupada en sujetar la polla de su amigo, por lo que mientras con mi izquierda magreaba en paquete su paquete, con la otra mantenía el equilibrio en posición de a cuatro patas y proseguía con la mamada que le proporcionaba a Alberto sin ayuda de mano alguna.
    
    No tardó apenas Abel en deshacerse de su ropa interior, lo que me permitió agarrar su miembro erecto y duro, mucho más duro que el que tenía en la boca pero de un tamaño menor. Instintivamente pensé que era la situación idónea para una doble penetración, pero no quise pensar en acontecimientos futuros y opté por concentrarte en mi primer trío.
    
    Un ritmo lento y constante hacía emerger gemidos a ambos casi de forma acompasada, incluso me permití ...
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