1. No fue una noche mas


    Fecha: 02/01/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cacería.
    
    Entramos en el club en el que tan bien se nos había dado las últimas semanas. Montse y yo nos contábamos todo al día siguiente de cada salida. Disfrutábamos con los detalles más nimios de las sesiones de sexo que nos relatábamos en tardes de domingo y café en mi casa. Ella no dudaba de las cosas que le contaba, pues habíamos tenido muchas experiencias juntas que le permitían conocer hasta donde era yo capaz de llegar.
    
    La música ensordecedora me obligaba a alzar los brazos y bailar de camino a la barra. Siempre he pensado que sólo el alcohol no me permitía dejar complejos, tabúes y años de moralina religiosa; necesitaba la mezcla de esa música estridente y aturdidora para obrar en mí la transformación en la cazadora perfecta. Montse me seguía imitándome y lanzándome miradas de complicidad, al percatarnos de que todos los tíos del local nos miraban más o menos descaradamente, incluso los ya “emparejados”. Creo que nos habíamos labrado una muy buena mala fama en los últimos fines de semana.
    
    Siempre, en la barra, había alguno que se ofrecía a pagarnos las copas que nos pedíamos, con la esperanza de incrementar sus posibilidades de ser “el elegido”. Ese día no fue una excepción. Miré al rubio que tuvo ese privilegio aquella noche: tienes posibilidades, pero sólo eres caza menor – pensé – hoy busco algo más potente. Montse le recompensó con un breve pero sensual beso en los labios que apenas llegaron a rozarse, mientras que con la mano le acarició la cara al ...
    ... tiempo que se alejaba tras de mí, camino de lo que se había convertido en una improvisada pista de baile, abarrotada de gente joven, casi toda más joven, diría yo, que nosotras. Las chicas estaban espectaculares. La belleza de las veinteañeras es difícil de batir, pero nosotras lo conseguíamos con relativa facilidad mediante descaro y sensualidad en cada movimiento y cada mirada. Era mi primer gin tonic, pero no serían necesarios muchos más esa noche para encenderme; supongo que mi predisposición ayudó al alcohol a cumplir su misión química; quizás tomaría otro, pero no más, no me gustaría terminar como aquella noche en la playa.
    
    Llevaba ya casi una hora bailando y tonteando con todos los que se me acercaban bailando e intentaban hablarme, seguramente el calentón no les permitía percatarse de que el volumen de la música en esa zona impedía mantener conversación alguna: o cambiaban de estrategia… o lo tenían claro. Pasaba de mano en mano entre parejas que bailaban y grupos de chicos que formaban corro a mi alrededor. Montse ya estaba en los sillones con un mulato, me pareció ver, metiéndose mano más de lo que el mínimo decoro exigía en esa situación. Estaba claro que ya no contaba con ella esa noche.
    
    Estaba un poco mareada, pero no tanto como para no darme cuenta que no veía entre los que allí estaban, la pieza que buscaba esa noche. Estaba a punto de descartar dicha búsqueda y centrarme en la mejor posibilidad de entre las que me quedaban, cuando por la puerta entraron dos ...
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