1. Robin y su negra verga


    Fecha: 29/09/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Querido, después de tu sugerencia no podía dejar de pensar en satisfacer tus deseos, y los míos por supuesto. Tenía clavada en mi cabeza su imagen en las duchas del pasado domingo, del cuerpo poderoso y varonil y la negra manguera que se movía colgando entre sus piernas acompañadas de los gordos testículos de toro.
    
    Y lo sucedido el miércoles, cuando se la enjabonaba frotando con la mano entre sus huevos, contrastando la blanca espuma del gel con la negrísima y brillante negrura de su piel. Recuerdas como se encontraba de excitado y su confesión, que no le importaría el tipo de agujero a rellenar, y el mío era el más cercano que tenía, aunque no fue tan directo para expresar sus deseos.
    
    Si no hubiera aparecido aquel inoportuno usuario del gym, que le obligó a girarse hacia la pared para ocultar su tremenda erección, y abrir el agua fría para bajar lo que la naturaleza quería empinado. ¿Qué pudo haber pasado? Seguramente nada, ¿o me hubiera atrevido a tocársela? Tan solo eso, sentir el monstruo palpitando en mis manos, que me hubiera dejado con más ganas.
    
    No era el lugar adecuado. Ya te he hablado de mi deseo por tenerla desde aquel mágico momento. Y son eso, deseos de los que tantas veces nos dejamos tentar y que se quedan ahí, apaciguados en nuestro subconsciente después de la erección puntual que nos produce.
    
    Tus palabras despertaban mis recuerdos que deseaba se durmieran. Llegaste para exacerbar más mi libido, hiciste tuyos mis deseos y querías que, al menos ...
    ... yo, disfruta de mi amigo y te lo contara para gozarlo los dos en diferentes grados, pero era tu ilusión.
    
    A partir de conocer tus pensamientos mi cerebro maquinaba la forma de poder estar con él, de ofrecerme para que me disfrutara y gozar yo también de su cuerpo, que pareciera natural y que las circunstancias lo favorecieran. Tampoco me agradaba que me tomara por un puto deseoso de polla e ir oliéndole como una perra caliente.
    
    Sabes que se hospeda en su hotel, podía haberle ofrecido mi casa cuando supe que vendría, me venció la comodidad y perdí la ocasión que se me brindaba, si lo hubiera pensado un poco en aquel momento. ¡Ah! No lo hice...
    
    El cómo podría llegar hasta su habitación, o llevarle a mí casa, se convirtió en mi obsesión. Decidí invitarle a cenar y lo tenía calculado, hasta preparé una nota del menú que encargaría para que me llevaran ya preparado.
    
    Para el mediodía mis planes habían fracasado antes de comenzar a ponerlos en práctica. Me llamó Tom, podía haberse acercado hasta mi despacho y haber visto la forma de evitar su proposición. Tuvo que ser por teléfono y con su escueto recado.
    
    -Hemos preparado una cena para esta noche y despedir a Robin, tenlo en cuenta. Y colgó.
    
    La gente es egoísta y no piensan más que en ellos, ¿por qué no podía haber sido el viernes? Porque los viernes todos quien estar libres para sus asuntos particulares, o para desplazarse a las ciudades cercanas y pasar la noche bebiendo hasta la borrachera.
    
    Igual sabían más que ...
«1234...13»