1. Robin y su negra verga


    Fecha: 29/09/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... muchos chicos esperando a tener su lugar y poder vaciar lo que su hombre le hubiera dejado en su culo.
    
    Se escuchaba el chisporroteo de los anos expulsando lo que tenían dentro, a veces alguno que hacía demasiada fuerza se tiraba algún viento mezclado con el esperma que vaciaba, me sonreía pensando en lo que nos pasaba.
    
    Los machos se quedaban en las mesas satisfechos de haber cogido a sus hembras y nosotras disfrutábamos el doble, el haber sido bien cogidas, penetradas por las vergas de sus hombres, y ahora por el placer de sentir salir de nuestros intestinos la carga que los sementales nos habían regalado. Todo estaba preparado con toallitas húmedas para limpiar nuestros hoyitos después de sacar las simientes de nuestros vientres.
    
    Y la fiesta continuó durante horas, el baile y la música no paraban aunque el mundo estuviera para reventar. Llegamos al hotel cansados, terriblemente sucios y sin ganas de una ducha. Caímos directamente en la cama, destrozados por toda la noche pasada, para dormir pocas horas. Su vuelo partía a las dos de la tarde y ...
    ... tenía que estar en el aeropuerto dos horas antes. No podíamos comer juntos.
    
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    Nos duchábamos deprisa, yo pensaba que tenía que haber cogido un vuelo más tarde, pero él tenía sus planes. Todo había finalizado. Veía escurrir el agua de su pollón y mentalmente le dije adiós. Sí, adiós quizá para siempre. En Julio volveríamos a estar juntos, serían un par de días, con el resto de los compañeros y nuestros instructores. Días de mucho trabajo para demostrar lo que habíamos aprendido en estos dos años.
    
    Y además, sabíamos que él no era para mí ni yo para él, ¿para qué darle más vueltas al tema?
    
    Liquidó la cuenta del hotel, cada cual desayunaría lo pudiera en su camino de vuelta a nuestras casas. Cogió un taxi que lo llevaría al aeropuerto. Un abrazo. Un adiós sin palabras.
    
    Tiré de mi pequeña maleta camino de la estación alejada diez minutos del hotel.
    
    Y fin querido amigo, te lo relato como me pediste, solo te suplico que cuando lo leas no te enfades ni molestes. Al final no merece la pena. 
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