1. 53.1 Un enfado, una reconciliación


    Fecha: 07/07/2020, Categorías: Hetero Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... techo.
    
    Gonzalo miraba y no decía nada, acariciaba mi abdomen con su mano sin parar y coloqué la mía sujetándosela para que se detuviera.
    
    -¿Te gusta Gonzalo? A Nicolás le encantó, aunque entonces había luna llena y aún caían algunas lágrimas de San Lorenzo en Agosto. –giró la cabeza para mirarme.
    
    -¿Ha estado Nicolás contigo aquí? -asentí agitando la cabeza y volvió a mira al cielo.
    
    -Después de las vacaciones del año pasado estuvimos un par de días. –sujetó mi mano sin mirarme y la apretó con fuerza.
    
    -Quiero terminar lo que no hicimos aquel día. –le miré divertido por su osadía.
    
    -¿Quieres que lo hagamos en la terraza?, ¿qué follemos al aire libre? -me miró y no supe interpretar su mirada de intenso vicio.
    
    -Si Nicolás te ha follado aquí yo lo quiero hacer donde tuvimos que haberlo hecho aquella noche. –me abracé a él emocionado y la adrenalina corría por mi venas haciéndome temblar de impaciencia y deseo.
    
    -¿No te importa que nos pueda ver alguien? -me emocionaba su propuesta y desafiar el peligro de ser descubiertos como si fuera un juego de chiquillos.
    
    -Si no hay nadie, la urbanización está desierta. –entre ahogadas risas me sujetó de la mano y tiró para que empezáramos a bajar las escaleras, en la planta de dormitorios nos detuvimos un momento para escuchar cualquier ruido que saliera del dormitorio de mis padres.
    
    Llegamos a la planta baja y salimos a la terraza, me abrazó y rápidamente me quitó el slip y luego se retiró el suyo, me abrazó de ...
    ... nuevo y aplastó su verga aún floja contra mi vientre.
    
    -Aquel día tenía que haber empezado antes de que llegaran tus padres, me dejaste con unas ganas inmensas y luego no lo pudimos hacer en tu habitación, esta vez no te salvará nadie. -me dio un tremendo beso metiéndome su lengua y me empujó para que me arrodillara ante él.
    
    Su polla todavía no estaba tiesa y dura del todo, pero las gotas de líquido pre seminal hacían brillar su punta a la luz de las farolas. Descubrí su cabecita e intenté meter la punta de mi lengua por la uretra, siempre me llamaba la atención su forma de boquita y cuando apretaba su glande se abría como si respirara.
    
    Se veía hermosa, madura, venosa, larga y gorda, con su mata de pelos negrísimos en su base que la hacía parecer un poderoso árbol naciendo crecido en el bosque de sus pelos.
    
    El estar haciendo cosas prohibidas o peligrosas hacía que temblara emocionado, aunque no hubiera mucha gente en la urbanización, mis padres podrían abrir la ventana y ver a su hijo como comía la verga a su novio, o en otro momento le metía la verga por el culo, claro que ellos sabían lo que hacíamos pero la posibilidad remota de que nos sorprendieran me prendía de los nervios.
    
    Se la masturbé hasta que cogió el poderío que siempre lucía, me pidió que se la chupara y lamí la dulzura de su glande rojo y descubierto y luego le lamí el tronco con mis labios humedecidos para que resbalaran y le dieran gusto, se iba haciendo más largo y engordando a medida que lo iba ...