1. 53.1 Un enfado, una reconciliación


    Fecha: 07/07/2020, Categorías: Hetero Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Sentía latir con mucho calor mi ano y me escocía, anoche me lo había lavado cuidadosamente y me había aplicado crema para calmar la tremenda follada que Gonzalo me había regalado, no era nada más que una irritación pero yo lo sentía roto y muy caliente.
    
    Lo toqué y al acariciarlo se calmo, seguí con mi dedo dándole caricias y Gonzalo se despertó, se quedó observándome un momento.
    
    -¿Qué te sucede?, ¿te estás masturbando el culo? -tenía unas salidas que comenzaban a despertar mi hilaridad desde la mañana.
    
    -Gonzalo no seas tosco y vulgar, mi pica el culo por lo que me hiciste ayer. –dejó su cara de risa y me miró preocupado.
    
    -Déjame que te lo mire. –me abro de piernas para que lo vea bien.
    
    -Está un poco rojo y no tienes otra cosa. -lleva su mano a él y comienza a acariciarlo.
    
    -No quiero que tu culito sufra y se ponga malo con lo bonito que es. –se nota que se está burlando y me levanto para ir al baño.
    
    Gonzalo vino detrás de mí, se quedó apoyado en la puerta mirándome mientras colocaba un espejo para poder mirarme el culo.
    
    -Te quiero pequeño y lamento haberte hecho daño, ahora te lo digo en serio. –me sentía tan terrible mal, tan miserable por causarle ese estado de tristeza que dejé el espejo para ir a abrazarle.
    
    -Si no es nada, solo siento curiosidad por verme el culo. –le besé con la ternura más grande de mi corazón.
    
    Nos duchamos y tuve que permitirle que fuera él el que me aplicara la crema mágica en mi ano, y que metiera los dedos jugando ...
    ... por dentro hasta comenzar a excitarme.
    
    -Gonzalo, me vas a excitar, ¿tienes ganas?, si te apetece te la mamo. –no esperé su respuesta y cogí su verga, la pase por mi rostro para sentir la suavidad de su seda y floja como estaba la metí en mi boca.
    
    La absorbía tragándomela y comencé a sentir como se iba hinchando, resultaba dulcísimo el momento a pesar de estar arrodillado en el suelo, la fábrica de sus testículos no debía tener descanso, se los acaricié y sostuve en la palma de mi mano, estaban duros y pesaban, los fui metiendo uno a uno en mi boca para jugar con mi lengua e intentaba tragarlos hasta que Gonzalo gemía y apartaba mi cabeza y entonces volvía a su falo.
    
    Me encantaba su sabor y la textura de su piel cuando pasaba mis labios por su tronco, y lo más delicioso era su glande rojo y brillante de mis babas, con la piel a punto de romperse por lo hinchado que estaba, mamé sin descanso, saboreando sus jugos envueltos con mi saliva y volví a degustar la esencia que tenía dentro y que llegó a raudales como un torbellino llenando mi boca.
    
    Lo bebí todo y más si me la hubiera dado y una vez limpia la volví a meter en mi boca hasta que se fue bajando.
    
    -Gracias Dani, dirás que soy un vicioso pero me encanta que me vacíes. -me abrazaba besando mi cara que tuve que lavar, estaba manchada de su semen.
    
    -No vuelvas a decir eso, te he dado el derecho a tenerme cuando lo desees y si tú eres un vicioso yo soy un perdido por tu polla. -preparamos nuestras maletas y ...
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