1. El viaje fluvial de Jane


    Fecha: 14/03/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... se movía como una ninfómana buscando su dosis diaria de sexo, gimiendo tan alto que no hacía más que inflamar la pasión del momento, su cuerpo se retorcía al sentir los empujones que él daba mientras sus grandes tetas se movían incontrolablemente de un lado a otro por el movimiento. El negro la agarraba de las caderas mientras se la metía una y otra vez.
    
    Durante veinte largos minutos el musculoso nativo estuvo tirándose a Jane hasta que de su polla salió un potente chorro de lefa. Jane explotó y sus manos trataron de agarrar la tierra del suelo. Aquel hombre salió de ella agotado y rodó sobre su espalda mientras Jane caia al suelo, agotada. Otro hombre tomó el relevo, la levantó e hizo que sus piernas abrazaran su musculoso pecho. Jane supo lo que se esperaba de ella y se abrazó más a él, haciendo que su enorme polla penetrase dentro de ella y ambos gimieron de placer. Los demás miraron fascinados hasta que uno de ellos, sabiendo lo que quería, se puso detrás de ellos apuntando al dulce culito de Jane. Sujetándosela con la mano, le metió el gran cacho de carne hasta el fondo de su ...
    ... ano y ella empezó a gemir incontrolablemente viéndose penetrada por delante y por detrás.
    
    El negro de delante la sujetaba por las caderas mientras que el de detrás le masajeaba las blancas tetas. Follaban ritmicamente, y cada uno podía sentir la polla del otro mientras el sudor cubria sus oscuros cuerpos al hacerle el amor a la blanquita. El hombre que la estaba sodomizando incrementó sus embestidas y Jane gimió más fuerte:
    
    -¡Oh, dios, me voy a correr!
    
    Con un salvaje grito, ámbos lanzaron su carga dentro de ella, mientras su coño y su ano le quemaban como fuego.
    
    ¡Pero la noche estaba lejos de terminar para Jane! Resulto ser una orgía que duró toda la noche, con los musculosos nativos haciéndole el amor hasta que las primeras lueces del alba aparecieron en el horizonte, depositando tremendas cantidades de semen a través de su boca, su coño y su culo.
    
    Cuando llegó la mañana, Jane estaba demasiado débil para poder andar y permaneció en su tienda recobrandose de aquél tremendo sexo en grupo, sabiendo que habría más noches como esa antes de alcanzar el campamento de su padre. 
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