1. Mimitos especiales


    Fecha: 15/01/2020, Categorías: Hetero Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... gatear perrita, dale, al piso guacha!, dijeron los otros.
    
    Pero Antonio se le adelantó a Ricardo antes de que yo le hiciera algo.
    
    ¡no no no mi amor, vos vení con papito, quiero que esa boquita se tome esta mamadera hirviendo!, gruñó el hombre con su barba despeinada, y yo apoyé mi cara en sus piernas para que él introduzca su trozo de carne en mi boca. Su sabor era exquisito, y el presemen que calmaba mis ansias me hacían lamerle desde los huevos hasta la cabecita. Detrás de mí Ricardo se pajeaba contra mi espalda y me pellizcaba la cola. Cuando sentí uno de sus dedos en la entrada de mi vagina no lo soporté y me le senté a don Antonio.
    
    Apenas pronuncié: ¡cogeme papito, dale pija a tu hijita!, supe que ese era el morbo preciado del viejo. Me la clavó sin preámbulos y jadeaba en mi oído un montón de guarradas que me ponían a mil. Me dolía la concha por momentos, ya que estaba re lubricada pero muy apretadita.
    
    En eso Ricardo me sacó la bombacha. La olieron entre los dos, y cuando Antonio dijo: ¿te gusta el olor de mi hija viejo verde?, pajeate y dejale la leche en las piernitas a esta cochina!
    
    El viejo no le obedeció. Prefirió hacerle oler mi calzón a la tía, que seguía montada a Ramón, y luego le ocupó su boca con su pistola lechera. Pensé que la iba a ahogar de tanto presionarle el cuello, mientras Ramón comenzaba a perder fuerzas. Entonces la tía vino por mí, me llevó hasta donde Ramón sudaba a mares y me puso su pija en la boca. El hombre me hizo tragar su ...
    ... semen espeso luego de que mi lengua lo enterneciera lamiendo su tronco repleto de los jugos de Patito.
    
    Volví con don Antonio, y esta vez me puso en cuatro sobre la cama.
    
    ¡te voy a culear como a una perrita alzada hijita!, dijo con hilos de baba en el mentón, y se incorporó encima de mis caderas para oler y lamer mi conchita. Estoy segura de que le acabé en la boca cuando su lengua tocó mi clítoris y su dedo mi ano, y su voz me juraba que mi olor a nenita lo enloquecía. Pronto sentí el roce de su poronga más ancha que la del resto en la entrada de mi concha, y en breve nomás su bombeo a fondo, acompasado y frenético me invadía hasta las tripas.
    
    Reparé de repente que ninguno tenía forros, y tuve miedo. Pero cuando sentí el violento lechazo de Antonio coronar mis paredes vaginales, un orgullo de puta barata me dio fuerzas para correr hasta don Ricardo, sacarle su pija de la boca a la tía y llevarlo contra la pared. Ahí le pedí que me haga upa, que acomode su pija en mi conchita y me dé duro. Yo permanecía aferrada con mis piernas a las suyas, gozando y gimiendo como una condenada cada vez que ese pene gordo llegaba al tope de mi cueva. La tía entretanto me asfixiaba con mi bombacha que también olía a pipí, me comía la boca y me decía: ¡cogé bebé, así, sacale la lechita a Riki que está tan alzado con vos, y dejalo que te la dé por la colita si querés!
    
    Pero no llegamos a tal propuesta, porque el viejo me puso la bombacha sin sacarme la pija de la concha con ayuda de ...
«12...4567»