1. Mimitos especiales


    Fecha: 15/01/2020, Categorías: Hetero Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... labio derecho, y durante tres días no me cambié la bombacha donde se amontonaron todos mis jugos.
    
    Cuando la tía supo de mi travesura se enojó bastante, porque algo como eso a un tipo de esa edad podría infartarlo, y entonces tendríamos problemas. Pero aflojó en cuanto le recordé que gracias a todo esto no hago más que pensar en cogerme a uno de ellos. Me sentó en su falda después de calentar una sopa para don Alberto, acarició mi pelo, tocó mis pezoncitos hinchados y me bajó el pantalón.
    
    ¡vos hacé lo que quieras bombona… yo ayer me cogí a Pedro, y el viernes a Lorenzo… eso sí, cuando cojas yo voy a estar ahí, porque no quiero que te pase nada… acordate que son hombres y vos sos una nenita virgen para ellos… no sabés cómo me habla de vos don Antonio!, expresó la tía con aire maternal, con un dedo al borde de entrar en mi conchita, haciéndome gemir y arder aún más. Me besó en la boca, rozó mi clítoris y, justo cuando mi orgasmo se anunciaba me dijo que iría a llevar la sopa, y que la espere en bombacha y top, que le haríamos una visita a los amigos del último cuarto.
    
    Tan rápido como me dio la razón, me desvestí, me duché para bajar un poco la fiebre de mi sexo, me hice dos colitas en el pelo, me puse una bombacha rosa comunacha y un topsito, y me senté a esperar a Patri. Llegó cuando mi impaciencia estuvo a punto de asesinarme. Me dijo que don Lorenzo le había hecho el culo, y que ahora sí nada iba a detenerla. Me agarró de la mano y corrimos al cuarto indicado. ...
    ... Además de Ramón, Ricardo y Antonio estaba don Manuel, quien esa noche quería ver su peli porno en vivo.
    
    Los cuatro compartían un whisky jugando a las cartas cuando hicimos nuestra triunfal aparición. Enseguida hubo silbidos, murmullos y miradas fulminantes. Don Manuel pidió que Patri me chupe las tetas, y cuando ella me rodeó para hacerlo, los cuatro desenfundaron sus pijas para mirar. El único que se toqueteaba era don Manuel, que vio también como la tía me subía y bajaba la bombacha, me nalgueaba y me decía: ¡sos una cochina mi cielo, te portás mal y te tocás mucho a la noche, sos muy pajerita mi amor!
    
    Después me cazó de las colitas y me hizo agachar para que le suba la falda y le deje la bombacha en las rodillas. La conchita de la tía estaba repleta de vellos húmedos, tenía labios gruesos i una fuerte fragancia que lejos de aterrarme alimentó aún más el celo de mis entrañas. Me acerqué a don Manuel y le dije con amor:
    
    ¡¿querés dejarme la lechita en la bombacha abuelito?!
    
    Y sin dejarlo decidir tomé su pija y la coloqué entre mi calzón y mi cola. Allí mi mano estimuló su glande bien pegadito a mi piel, y mis movimientos lo hicieron jadear como nunca y venirse tras un estrepitoso ¡tomáaaa putitaaaaá!
    
    Se arregló la ropa y medio tambaleando caminó a la puerta para ir a su cuarto. Los otros tres ya se pajeaban, y la tía se sentó en las piernas de Ramón, que le calzó la verga en la concha de una y comenzó a sacudirla descoordinado pero con rudeza.
    
    ¡queremos verte ...
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