1. Ya soy el puto del equipo (XVII)


    Fecha: 15/01/2020, Categorías: Hetero Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... más bonito de los ombligos estaba frente a mí deleitándome de mi chico. Su polla gruesa, erecta hacia el lateral, todavía medio dormida, y su escroto colgante recogido ligeramente entre su muslos algo abiertos y los dos testículos haciéndose ver al final del escroto, valiéndose de su propio peso. Sus piernas ahora caían igual que antes hacia el suelo solo que de frente, preciosas rodillas…, y yo, allí delante, volviéndome a enamorar.
    
    Ya me hubiera gustado sentarme encima y hacer que esa polla atravesara el antro de mi culo, pero Abelardo me suplicaba sin cesar que lo atravesara y volvió a ponerse de espaldas, pero lo regresé, quería que me viera con lo mucho que le amo, así que le subí los pies para que los apoyara al borde de la cama y me puse de rodillas para trabajar culo. Pasé mi lengua para saber esas dos enjutas y redondeadas nalgas. Sentía que me hubiera comido, pero mi polla ya reclamaba, tras la tormenta, refugiarse en su guarida. Así que rápidamente entre mis manos y mi lengua encendí su deseo en el culo y su pasión en el corazón. Su cabeza a través de su lengua me decía:
    
    — Entra, poséeme, ámame, fóllame y sé mío y hazme solo tuyo.
    
    No pude aguantar más, me puse de pié, ajusté mi polla a su culo, tenía que doblar mis rodillas incómodamente. Cogí dos almohadas, las puso detrás de su culo y ahora ya se acomodaba. Acaricié su preciosa entrada con la punta de mi polla y me urgió:
    
    — ¡No demores más!, ¡¡Ahora!!
    
    Como si me hubiera empujado, se dio cuenta que ...
    ... para mí una petición suya es una amable orden y la metí, pasé la cabeza, apretó su esfínter, me sentía aprisionado. El prepucio se había recogido en un pliegue fuera del ano. Soltó su presión y empujé, metí la mitad de mi polla y volvió a cerrar los esfínteres aprisionándome como si se encallara mi polla en un objeto imposible. De nuevo sentí la libertad y el paso libre, empujé una vez más y ya lo tuve todo dentro. Tocaba fondo y pared. Una pena que no se pueda ver, debe ser maravilloso, cuando se compenetra de tal manera dos cuerpos. Ahora fui yo el que hacía latir mi polla dentro de Abelardo sin sacarla ni presionar. Me sonrió. Me estaba indicando que ya no le dolía sin palabras, sino con la mejor de sus sonrisas que significaba aceptación total. Entonces inicié un movimiento de extracción y de penetración lento, por cada empellón parecía dolerle, pero el gemido no sonaba a dolor sino aplacer y comencé mis movimientos de manera mas rápida. Cerró los ojos, abrió la boca, sentí algo maravilloso y nos vinimos los dos a la vez. No pude ver lo que dejaba a mi amor en si interior, pero él, tanto me amaba, que soltó sus trallazos hasta mi pecho. En ese momento me volví a enamorar por tercera vez en un instante, sin palabras ni consideraciones, sin lógicas ni sentimientos. Era un enamoramiento de puro amor y recordé en mi pensamiento mis propias palabras: ˝Hasta más allá de la eternidad˝; al instante, Abelardo, me dijo:
    
    — Hasta más allá de la eternidad…
    
    Me dejé caer y me lo ...
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