1. La fiesta Swinger 2


    Fecha: 02/10/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    Capítulo 2 Adán se despertó con una gran erección tensándole los bóxers. La cabeza le dolía un poco, a pesar de que no había bebido mucho en la discoteca. En comparación con su hermana, que era una gran y refinada bebedora, conocedora de grandes vinos y otras delicias, él estaba más habituado a la cerveza suave y a uno que otro cigarrillo ocasional. Se metió a la ducha para despertar por completo y luego fue a ver a Gabriela, encontrándose con que su cuarto estaba vacío. Se había ido a trabajar a la secundaria y Pablo tampoco estaba, aunque la tanga de Gabi seguía tirada en el suelo. Murmurando maldiciones, Adán fue a por la cesta de ropa y empezó a recoger la ropa de su hermana mayor. Metió la tanga y el corpiño, también el vestido, los shorts y una gran variedad de sostenes de encaje, alguno más pequeño que otro, y los llevó a la lavadora. Después preparó algo de comer y miró entusiasmado el reloj. Tenía algo especial pensando para aquella mañana: le declararía a Joana su gusto por ella y le invitaría a dar un paseo por el parque. Se vistió con sus mejores ropas, casuales y pulcras, y salió del departamento. Eran las once de la mañana cuando llegó hasta el pequeño restaurante donde trabajaba la muchacha. Un sitio al que casi no iban clientes, hasta entrada la noche. En la mesa de siempre le estaban esperando Mary y Gerardo, una pareja de amigos a los que venía conociendo desde hacía dos años. La mujer era de baja estatura, con una piel olivácea y una cara redonda y ...
    ... bonita. Gerardo era su esposo, media cabeza más alto que Adán, pero no más intimidante que éste. Era un buen hombre, de treinta y tantos años y dirigía un negocio de pesca en el muelle. — ¿Todo está listo para la declaración? — le preguntó Mary, con una coqueta sonrisa. — Espero que sí. — Todo irá bien, Adán. Sólo dile lo que sientes — Gerardo siempre sacaba alguna frase chunga de novela barata para decir. Era un gran lector, especialmente del género erótico. Él y su esposa estaban entre las parejas más guarras que Adán conocía, y si seguía juntándose con ellos, era sólo porque le traía muchas ganas a Mary y a su hermoso culo de gimnasio. Le atraía sólo sexualmente, claro. Su interés era, en esos momentos, la pelirroja de Joana. Camarera, de menos de veinticinco años, había cautivado a Adán desde que le sirvió un café, dos meses atrás. Joana se aproximó con el menú. Los tres amigos eran algo así como sus clientes favoritos, sobre todo porque Adán siempre le dejaba buenas propinas para dejar ver su interés, el cual ella ignoraba. — Buenos días. Les traje el menú, aunque sé que siempre piden lo mismo. A Adán le pareció que se veía más hermosa. —Buenos días, Joana. Gracias por ser siempre tan servicial. — Me gustaría… pedir algo más — dijo Adán, tratando de no mirar las hermosas pecas que recorrían el pecho de la camarera —, es más bien, eh, un pastel de chocolate. — Claro, cariño. Ahora mismo te traigo una rebanada. Joana fue a la cocina y volvió luego de unos minutos, durante los ...
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