1. La fiesta Swinger 2


    Fecha: 02/10/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... estar allí. De repente la puerta del salón se abrió. Los hombres giraron las cabezas β€” ambas β€”, pero sólo a Adán le brillaron los ojos. Había caído un ángel del cielo. La mujer joven que estaba allí no parecía encajar con los estándares humanos, según vio él. Llevaba un vestido floreado, apenas por encima de las rodillas, cuando todas las otras mujeres habían venido con minifaldas y escotes. Los finos tirantes mostraban unos hombros pequeños y delgados. Tenía zapatos de tacón bajo, una cantidad de pulseritas en las muñecas. El escote cuadrado del vestido dejaba entre ver un par de apretujados senos de piel clara. El pelo, entre rubio y pálido, le caía en suaves ondulaciones detrás de la espalda. Los ojos verdes destellaban una alegría infantil. β€” Aquí está β€” dijo Pablo β€”, la reina del swinger. β€” ¡Oigan! β€” protestó la chica, dando un zapatazo de frustración. Su voz era tierna y suave, pero de esas voces que causan placer al oírlas reír. Las delicadas y simétricas facciones de su rostro, labios pequeños, nariz respingona y hoyuelos en ambas mejillas le conferían un aire casi divino β€” . No se vale, comenzaron sin mí… β€” Llegas tarde, como casi siempre β€” le dijo Mary, yendo hacia ella. β€” No fue mi culpa. Tuve unos problemas que atender antes de salir del trabajo. Adán estaba estupefacto ante la belleza de la mujer. Parecía ser la más joven de todas, casi una adolescente todavía, aunque su edad no debía de ser mayor de los veinticinco años. Riendo, ...
    ... le dio un beso de pico a Mary y se dio la vuelta. Mary, amigable, le ayudó a abrirse el vestido. La espalda perfilada de la reina era muy blanca y limpia. Llevaba un sujetador rosado, y una pequeña tanga de color rojo. Luego le desabrochó el sujetador. La mujer se giró, sonriendo mientras dejaba caer la prenda. Sus pechos eran de una perfección tal que para Adán podían ser incluso mejores que los de todas las presentes. Eran firmes y respingones, con las puntitas rosadas mirando un poco hacia arriba. Tenía un lunar en el derecho. El ombligo, más abajo, llevaba un delicado brillante. Se sacó la tanga y mostró una vagina tan dulce y lisa como la de una niña pequeña. Delicadamente, la reina dobló sus ropas y las metió en un bolso que había dejado a un lado. Se pasó el cabello rubio por detrás de las orejas y corrió, con sus pechos rebotando graciosamente, al final de la fila y se abrió de piernas. Adán no pudo más, y eyaculó. β€” ¡Perdiste! β€” le gritó el que estaba detrás de él y Adán tuvo que apartarse a un lado, pero sin dejar de ver a la joven ángel que ofrecía su tierna vagina para todos los hombres. Se sostenía las piernas abiertas tranquilamente y relajada, como en su casa, y conversaba animadamente con Mary en medio de sonrisas y cuchicheos. β€” ¿Cómo se llama esa mujer? β€” se preguntó a sí mismo, pero el de la otra fila le contestó. β€” Ah, la reina. Es muy dulce para estar aquí. Te gustará. β€” Sí… pero quiero saber su nombre. β€” Se llama Rebeca. 
Β«12...4567Β»