1. La putísima madre (Capítulo 6)


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Incesto Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... madre abandonando su montura.
    
    Entonces salté de la cama y la perseguí con desesperación para evitar que saliera de la casa. Bajé de un salto las escaleras y le di captura justo cuando había conseguido abrir la puerta y se disponía a correr hacia el jardín. Entonces la tomé de un brazo y la traje hacia adentro en medio de sus gritos histéricos.
    
    —¡Dejame que te explique! –le dije.
    
    —¡¿Qué me vas a explicar?! ¡Son unos enfermos! ¡Degenerados de mierda! –me interrumpió tajante.
    
    Allí comenzó a golpearme furiosa con sus pequeños puños. Yo atiné a colocar mis manos y brazos hacia adelante a manera de escudo. Sobre ellos, y mi pecho, se fue descargando toda su indignación. Comencé a recular mientras buscaba en mi mente una explicación digna para mi comportamiento impropio. En eso estaba cuando tropecé y caí sentado al suelo. Desde mi complicada posición, miré a hacia arriba y le imploré con un argumento inapelable:
    
    —Te amo.
    
    —¡¿Me amás?! ¡¡¿Me amás?!! ¡¡Te estabas cogiendo a tu madre hijo de puta!! ¡¡Y ni siquiera te importó que yo estuviera acá!!
    
    Tras breve vacilación, continué con mi defensa:
    
    —¿Y cómo resistirme? mi amor. ¿Viste lo que es ese orto? ¡Y estas tetas enormes!
    
    Mientras pensaba que quizá mi argumento defensivo no estaba resultando del todo sólido, mi cuerpo desnudo terminó de darme el toque de gracia. Una sincera y enorme erección comenzó a levantarse como un gigantesco obelisco frente a los ojos de mi desengañada novia.
    
    La chica, que vio ...
    ... multiplicada su furia en ese momento, tomó una raqueta de mi difunto padre que había quedado sobre el sofá y con ella comenzó a golpearme con todas sus fuerzas mientras me insultaba con brutalidad. Estaba desconocida, totalmente irracional.
    
    Unos cuantos de sus golpes impactaron en mi cabeza. Comencé a sentirme mareado mientras sentía la sangre brotando a la altura de mi sien. Estaba a punto de desvanecerme cuando vi a mi madre avanzar corriendo semidesnuda hacia nosotros. Parecía un ángel que venía en mi ayuda.
    
    Al borde del desmayo, alcancé a ver cómo la escultural fémina se sacaba la tanguita a la carrera para transformarla en arma letal. Ayuna de toda vacilación, rodeó el cuello de mi novia con la pequeña pieza de tela y comenzó a presionar con decidida firmeza al grito de:
    
    —¡Dejalo en paz, puta!
    
    Mi novia soltó la raqueta y comenzó a luchar para zafarse de la fuerte presión que mi madre ejercía sobre su cuello. Yo contemplé fascinado la desnudez de mi progenitora y la fuerza que ésta desplegaba tratando de salvar a su bebé. Sus grandes glúteos se hinchaban impresionantes por la tracción y sus enormes tetas invadían sin piedad la cabeza de mi novia, quien pronto dejó de luchar para adquirir un tono morado en su rostro. Habrán pasado unos treinta segundos antes de que ésta cayera rendida ante la firme opresión de mi madre.
    
    Luego de soltar el cuerpo inerte de mi novia, la hermosa culona respiró hondo.
    
    —¿Estás bien, bebé? –me dijo con voz dulce mientras me ...