1. El Culo de Doña Felicia


    Fecha: 09/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Anal Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    El culo de doña Felisa, la jaca más apetecible del pueblo, siempre me había puesto la polla bien dura. Desde adolescente había protagonizado mis más calenturientas fantasías onanistas. La imaginación es libre, y en mis sueños, le reventaba el pandero a pollazos y le dejaba la cara y las tetas bien llenas de leche. Leche que ella sumisamente agradecía, pidiendo más y más...Pero no eran más que eso, fantasías. Había varias razones de dificultaban que mis mórbidos sueños se hiciesen realidad. En primer lugar, doña Felisa me llevaba 23 años, rondaba los 40 tacos cuando yo era adolescente. En segundo lugar, estaba casada y su marido, un ganadero del pueblo con aspecto patibulario y cuerpo de armario ropero, que de joven había sido torero y se retiró por una mala cogida, era famoso por ser un borde integral y tener un mal genio de la ostia (lo que me hizo disfrutar el doble cuando le hice lucir su hermosa cornamenta). Y, en tercer lugar, además de un cúmulo de otras pequeñas razones que sería muy largo detallar, porque doña Felisa, cómo era conocida por todo el pueblo, era mi tía.De hecho, la tenía casi olvidada desde que abandoné el pueblo para estudiar bachillerato en la capital. Hacía más de quince años que me había ido. Sólo volvía en contadas ocasiones, Navidad, Semana Santa y otras fiestas. Pero, por una cosa u otra, no había llegado a coincidir con ella. Felisa era la hermana menor de mi madre y vivía en una finca, más bien un cortijo, de las afueras. Allí solía celebrar las ...
    ... fiestas con la familia de su “simpático” marido, Don Basilio, en lugar de con sus propios hermanos, por lo que se fue distanciando de su hermana, mi madre.Por lo tanto, por x o por b, llevaba sin verla un porrón de años, cuando, hace unos meses, volví al pueblo, esta vez para instalarme definitivamente. O, al menos esa es la idea.Antes de ir al grano, os diré que mi nombre es Julián y acabo de terminar la carrera de medicina. Tuve la suerte de que mi padre, que es lo que antiguamente llamaríamos el cacique el pueblo, aunque ahora esa denominación esté bastante mal vista, me consiguiese, no sé realmente cómo, un puesto en el Centro de Atención Primaria. Y, además, me financió la instalación de una consulta privada, para sacar algún dinerillo extra... El caso es que al hombre, y también, como no, a mi madre, les encanta tenerme cerca, y más ahora que acabo de casarme y ellos se ven viendo crecer a una caterva de nietos en la casa familiar... En fin, que, en vista de la generosa oferta de mi progenitor, y cómo, a fin de cuentas, no tenía mejores opciones, decidí empaquetar los bártulos y trasladarme con mi mujer y los críos a vivir de nuevo al pueblo.La verdad es que no me quejo, la experiencia está resultando de lo más cómoda y satisfactoria. Me he convertido en una joven celebridad en la localidad. Tengo un buen montón de buenos clientes y, de paso, aprovechándome del sistema, los voy desviando desde la consulta pública a mi consulta privada, donde puedo sacarles la pasta con ...
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