1. El Culo de Doña Felicia


    Fecha: 09/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Anal Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... tía, ¿en qué lado duerme el cornudo?Ella me miró extrañada, pero no dudó en contestar.-Ahí, a la izquierda...-Vale, gracias.Ni corto ni perezoso, cogí la almohada de ese lado, le saqué la funda y procedí a limpiarme meticulosamente la polla, bastante pringosa del culo de mi tía, hasta dejarla completamente seca y reluciente. Ella me miraba asombrada, así que decidí gastarle una bromita y tirarle la funda a la cara, preguntándole:-¿Qué, tía, quieres olerla un poco...?Ella se apartó entre risas fingiendo cara de asco, antes de cogerla y restregársela bien por la jeta:-¡Tú polla me huele a gloria...! Aunque me la acabes de sacar del culo... ¡O tal vez por eso... Ja, ja, ja!-Anda, dame la funda, puerca, que se la pondré aquí al cornudo para que tenga un buen ambientador en sus dulces sueños de pichafloja...-¡Ay, chico, que retorcido eres...!Después, nos vestimos y ordenamos mínimamente la habitación. Me hubiera gustado dejarla en mejores condiciones, pero Felisa me cortó:-Anda, déjalo ya. Luego le diré a la chica que la arregle un poco. A fin de cuentas le acabas de soltar 300 machacantes.-Bueno. -respondí- Pero dile que las almohadas ni las toque...-Descuida, agonías, ya me encargaré yo de ...
    ... que el cabezón de tu tío repose sobre los restos de baba de tu polla...Me reí y tras pegarle un morreo de escándalo, abrí la puerta y le cedí el paso para contemplar el culazo que acababa de follarme, bajando la escalera, camino del jardín.Una vez abajo, con una sonrisa esplendorosa, mi tía se acercó al cornudo y le dio un piquito con los mismos labios que, minutos antes degustaban el cóctel de esperma y efluvios anales que tanto le gusta a la muy puta.-Hay que ver lo bien que me deja el tratamiento de tú sobrino.-Se te nota. -respondió él agitando las salchichas en la parrilla. - Traes una cara estupenda.Después, casi al final de la comida, en un momento en el que estaba toda la familia reunida, la tía Felisa se deshizo en elogios sobre mis habilidades como médico. Y, en un momento dado, se dirigió a mi madre para decirle:-Pues mira Marisa, tú también tendrías que decirle alguna vez a tu hijo que te hiciese un tratamiento como este. Te ibas a quedar como nueva...Y lo curioso del asunto es que, mientras lo decía y me miraba, buscando complicidad, empecé a fijarme en mi madre y a mirarla con otros ojos. Una idea diabólica se apoderó de mi mente.Pero eso, amigos, es otra historia...© Schuko 
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