1. El tiempo está a favor de los deseos


    Fecha: 11/04/2024, Categorías: Incesto Autor: deslicenciado, Fuente: CuentoRelatos

    ... porque después empezó a dudar. Tal vez no paso eso. Tal vez German volvía de la cocina y paso por casualidad y se detuvo unos segundos en la puerta de su cuarto por una curiosidad natural. Probablemente eso se le mezcló con un sueño humedo y confuso como cualquiera puede tener y todo fue cosa de sus miedos y su imaginación y también, porqué no, de su propio morbo.
    
    Finalmente hizo como que no paso nada y no se cuestionó mucho más el asunto. En definitiva no pasó nada.
    
    Corrió un tiempo, casi un año cuando la situación volvió a repetirse. Esta vez Andrea se quedó quieta y abrió un poquito más los ojos. Efectivamente era la sombra de Germán, y la sombra se movía frenéticamente tras la puerta. Y si; lo que se oía era la respiración acelerada de él
    
    Andrea no sabía qué hacer, si quedarse quieta o moverse. Si decirle algo o dejarlo terminar. Por vergüenza, por temor, o por no saber cómo reaccionar optó por lo segundo. Pudo oírlo en el último jadeo y ver a la sombra temblar y luego desaparecer. Y pronto el ruido de la puerta del cuarto de German al cerrarla.
    
    Andrea se quedó otra vez atónita. Otra vez los mismos planteos y las mismas preguntas. ¿Lo habrá estado haciendo siempre o esta era la segunda vez después de aquella noche? ¿Lo de esta noche era producto de otra casualidad?
    
    Mas lo pensaba y más le costaba creer. German además tenía una linda novia y Andrea sabía que ya tenía relaciones con ella. Ya se lo había contado él; y sabía que le había pedido algunos ...
    ... consejos a su padre. Qué necesidad tenia de masturbarse con ella?
    
    Entonces, después de darle mil vueltas al asunto, para estar segura y sacarse definitivamente la duda hizo una prueba. Una noche de verano cualquiera, poco tiempo después de aquella última situación, Andrea salió de ducharse en bombacha y musculosa sin corpiño, y sin mucho más preámbulo saludo a Germán y fue a acostarse. Esta vez se quedó en vigilia y cambio la posición en la que solía dormirse. Se quedo acostada boca arriba, apagó el velador, cerró los ojos y simplemente espero dejando la puerta bastante mas entreabierta que de costumbre; así entraba un poco mas de luz y podía ver mejor lo que estaba pasando.
    
    Fue solo cuestión de tiempo, no mucho, hasta que apareció la silueta de German. Andrea se quedó quieta, se hizo la tonta y quedó destapada un poco más que de costumbre. Enseguida oyó la ropa de German al bajarse el short y el frote frenético de su brazo contra la tela. Andrea entreabrió los ojos con mucho disimulo y vio a German con el pantalón arremangado en plena paja. Efectivamente estaba pasando eso y no podía creerlo. Otra vez no podía creerlo.
    
    Pero lo peor vino luego. Lo difícil de digerir fue lo que descubrió después. Cuando German se fue y cerró la puerta, ella tomo conciencia de lo que había hecho. Había provocado a su hijo. Para sacarse esa duda o para lo que sea que quisiera averiguar, pero lo cierto es que había seducido y provocado a su hijo, aunque sutil; intencionalmente. Y no terminaba ...
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