1. Nuestro primer día


    Fecha: 13/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... equilibrio.
    
    Tu follada era cada vez más intensa. A medida que te excitabas más, la velocidad e intensidad de tus embestidas iba en aumento, así que tomé una decisión desesperada. Tirando de abdominales, me erguí un poco y coloqué la lengua sobre el bol para empezar a beber, pero sucedió lo inevitable. Perdí el equilibrio y metí toda mi cara en el bol, empapándome nariz, boca y ojos. Pero bebía todo lo que podía, sorbiendo como si se tratara de una sopa calentita en un frío día de invierno.
    
    La escena te hizo reír, y me dijiste que si arrojaba mi bebida fuera del bol, tendría que beberla también… pero eso tampoco facilitaba mi tarea, ya que el suelo mojado se estaba convirtiendo en una resbaladiza pista de hielo. Volví a intentar beber, pero me di cuenta que cada vez que lo intentaba, tus embestidas eran mucho más violentas y me hacían caer de cabeza contra el bol o contra el suelo.
    
    Entonces me di cuenta. Era como aquellos problemas que te ponían en la universidad y que no tenían solución, así que coloqué mi cabeza contra el suelo, levanté mis caderas para ofrecerte mi culo… y comencé a gemir sin concentrarme en otra cosa que en sentir el placer y el dolor del dildo entrando y saliendo de mí.
    
    Cuando te diste cuenta de mi actitud, comentaste:
    
    “Vaya. ¿Qué ven mis ojos? ¿Acaso mi puta se está rindiendo? ¿Tan pronto? No sabes lo que te queda por vivir, cariño… y te aseguro que a mis pies, rendirse nunca es la mejor solución”.
    
    Sentí un hilo de decepción en tu voz ...
    ... y recuperé la energía perdida. Levanté mi cuello y seguí bebiendo, pero uno de tus “caderazos” volvió a hacerme caer. Volví a levantarme y bebí otro poco, pero repetiste movimiento… y también lo hice yo. Te reías y gemías a la vez, y yo gemía de dolor y rabiaba por dentro por la frustración de no poder terminar la tarea. Además, el culo comenzaba a arderme por la intensidad de tu follada.
    
    Al cabo de un buen rato, y cuando prácticamente ya no quedaba pis en el bol, sentí que parabas. Aproveché el último gramo de mis fuerzas y metí la cabeza en el bol para lamer desesperadamente lo que quedaba, y entonces, casi a la vez que sentí que salías de mí, me dejé caer sobre el suelo de la cocina, empapando mi pelo y mi pecho del pis que se había salido del bol en mis múltiples intentos por cumplir tus órdenes.
    
    Te reíste, te acercaste a mí y me diste un beso.
    
    “Lo has hecho muy bien, cariño. Pero no quiero que vuelvas a rendirte tan rápido nunca más. Esto que acabas de vivir es un juego de niños comparado con las cosas que tengo pensadas para ti, así que aprende a pensar en situaciones de máxima tensión, o no lo vas a pasar nada bien, preciosa. ¿Está claro?
    
    Contesté que sí, y me mandaste a la ducha. También me dijiste que me pusiera la ropa que habías dejado encima de la cama a continuación, y que tirase mi vestidito nuevo y la ropa interior a la lavadora, porque estaban manchadas de “algún líquido sospechoso”.
    
    Nos reímos. Nos besamos, y me fui a la ducha feliz de estar a ...
«12...5678»