LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA - Relatos Eróticos

LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA

... bien. 
-Prendé la luz. - Laura sabe dónde está, pues otras veces lo ha hecho.
-¡Oooohhh! ¡Qué espejo! - Yo no podía reír ni hablar mucho. 
-¿Te gusta?
-¡Fantástico! - Me paré frente a él.
-¿Qué tal se ve?
-¡Divino! ¡Es coger a dúo…, a triple! Porque también me veo en el otro. ¡Jajaja! ¡Está buenísimo!
-Ahora cuidado. Me agacho sobre la cama…, apoyá los pies. – Cuando lo hizo y se irguió, saqué la cabeza de entre sus piernas y la tomé de la cintura apretándola contra mí. Quedó justo para que le llenara la espalda de besos…, y bajé hasta el culo.
-¡Ay Dios! ¡Qué lindo!
Metí la cara entre los glúteos y le lamí el ano.
-¡Papito! ¡Qué lindoooo! ¡Me muero de placer! ¡Jajaja! ¡Qué divertido es vernos en el espejo!
	Ahora hay que ubicarse de manera de aprovechar al máximo el espejo. Como está en la pared, a los pies de la cama, lo que no es lo mejor -pero no hay otra pared que lo permita-, nos colocamos en diagonal a la cama para hacer el 69, que tal era nuestro propósito. La puse a Laurita de forma que girando la cabeza se vería a si misma chupando, y un poco a mi cabeza entre sus piernas. No es el 69 lo mejor para aprovechar el espejo…, pero es lo que hay… ¡lo importante en la chupada! 
-¿Te gusta lo que ves?
-Sí, mucho. Pero me gustaría verte como me chupás.
-Giremos un poco…, poquito a poco…
	Mientras nos movíamos sobre la cama, pensé que tendría que poner otro, más chico, en la otra pared.
-¡Sí! ¡Ahora sí! ¡Jajaja! Ahora me doy cuenta que verte a vos es más ...

... difícil… Mis propias piernas te tapan un poco. ¡Jajaja! ¡La pija se ve mejor!
-¡Menos espejo y más chupada! – ¡Y le di con toda la lengua al clítoris!
-Bueno…, está bien…, pero es la novedad…
	Laurita se olvidó del espejo y acrecentó su dedicación a la mamada. Yo trataba de pensar solamente en su conchita, para amortiguar mis deseos de acabar. 
-Mi amor, ponete en cuatro que te quiero encular…
-¡Si! ¡Dale! – Se levantó de un salto y se colocó atravesada a la cama. – En la concha no me podés acabar… 
-Qué raro…, vos venís siempre que estás “segura”…
-Es que tenía muchas ganas. Hacía como dos semanas que no cogíamos… Con el asunto de las nenas… quedé un poco olvidada…
-¡No! ¡Eso jamás! Las nenas estaban muy ansiosas…, se la pasaban cogiendo entre ellas. Clara creyó que era mejor que lo hicieran conmigo…
-No es un reproche, mi amor. Lo entiendo perfectamente… pero te añoraba…
Nos acomodamos de manera que se viera perfectamente en el espejo. La monté suavemente. Laurita estaba apoyada en un codo. Con la otra mano separaba un glúteo y acariciaba la pija que iba entrando. Miraba sonriente al espejo. Cruzábamos nuestras vistas y ambos sonreímos. También alternaba con acariciarse el clítoris. 
Yo besaba y acariciaba su espalda. Tomaba sus tetas, besaba su cuello, tirado prácticamente sobre ella. Vernos en el espejo hacía más hermosa la cogida.
-¡Sííí papi! ¡Sííí me vieneeee…! ¡Esto es genial! ¡Me da mucha más ganas! ¡Jajaja!
Me encantan las cogidas con Laura porque siempre ...