1. LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA


    Fecha: 16/06/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ¡Todos felices!
    A la mañana me llamó Clara. ¡Es lo esperado!
    -¡Guacho! ¡La tenés de oro! ¡Ahora son las dos las que quieren vivir con tu pija adentro!
    -¡Jajaja! ¡Qué exagerada!
    -¡Siii! ¡Mi amor! ¡Me encanta que las nenas estén tan contentas con vos! 
    -Pero calmalas… ¡Que no se pongan demasiado ansiosas! Explicale con paciencia que tengo que sobrevivir para ser suficientemente capaz de atender a cuatro hermosísimas mujeres. Explicale que soy yo quien necesita de ustedes para ser feliz…
    -Está bien…, te dejo tranquilo… ¡qué descanses!
    	Por suerte fue así. Descansé lo suficiente durante 5 días, sin mujeres. Hasta que… vino la “tía”. Ella sabía que ya era suficiente, por mi parte, para estar sin concha ni culo. 
    Mientras me saboreaba…, Laura murmuraba…
    -¡Mmmmm, que rica, papito! ¡La extrañaba!
    	¡Qué hermoso es sentir su lengüita, lamiendo desde los testículos hasta el glande!
    -¡No tienes sabor a conchita de nena!
    -¿Qué te creés? ¿Qué no me lavo? ¡Jajaja! ¿Y qué sabés del sabor de las nenas?
    -¡Mmmmmmmm! ¡Por supuesto que lo sé! 
    -¿Anduviste chupando?
    -¡Claro! Cuando vienen al kiosco a que “mami” les enseñe…, a veces yo también participo…
    Desde su ingreso al departamento, cuando, luego de cerrar la puerta, se agachó para mamar, me llevaba despacito hacia el sofá. Antes de sentarme, tomó el pantalón desde la cintura y lo sacó.
    -¡No sé por qué tanta ropa! ¡Jajaja! Cuando abrís la puerta ya tenés que estar desnudo…
    -¿Y si no es ninguna de ustedes?
    -¡Jajaja! ...
    ... ¡Sorpresa! ¡Mmmmmmm…! ¡qué rica…! Si es una señorita se pondrá contenta…
    -O me la corta…
    -¡Mmmmmmm! ¡Si la llega a probar, jamás!
    -Amorcito…, subite por favor… - La levanté por las axilas…
    	Laurita se apoyó en sus rodillas sobre el respaldo del sillón. La entrepierna quedó justo en mi boca. Tal como era común, no traía tanga. Su húmeda conchita estaba lista para ser saboreada.
    -¡Esto sí que es placer! ¡Siempre con tu gustito avainillado! 
    -Las nenas… ¿qué gusto tienen?
    -Y… a conchitas… ricas… Me dijiste que las probaste. Pero la tuya es distinta, más sabrosa… ¿Qué te parece si vamos a la cama y chupamos los dos al mismo tiempo?
    -¡Dale! ¡Vamos!
    -Poné las piernas sobre mis hombros,
    -¿Me llevás a cococho?
    -Claro. Agarrate de mis manos. – Levanté los brazos para que ella se tomara de mis manos y no hubiera peligro de caerse.
    -¡Pero no vas a ver! – Por supuesto su concha me tapaba la visión.
    -No importa. Vos me guiás. Total la pieza está cerca. – Conozco mi casa de memoria.
    -¡Jajaja! ¡No desperdiciás nada!
    -Ayudame a levantarme apoyando los pies en el respaldo.
    Laurita lo hizo. Me paré con ella sobre mis hombros y su conchita en mi boca. Genial. Caminé hacia el pasillo.
    -¿Y? ¿Qué tal? Puedo caminar y chuparte al mismo tiempo…
    -¡Qué loco!  
    -Si, así. Ahora doblá a la derecha. - Ella me daba indicaciones. En realidad yo podría caminar por toda mi casa a ciegas, en la más absoluta oscuridad.
    -Bien, bien. Llegamos a la puerta. – Doblé nuevamente a la derecha. - Eso, muy ...
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