El querido tío Guillermo - Relatos Eróticos

El querido tío Guillermo

... dormitamos, me puse en posición fetal y él también lo hizo a mi espalda, sentí su paquete contra mis nalgas, me abrazó y lo sentí más pegado aún, pude sentir al rato que el tenía una erección, yo lo sabía, pues mi esposo hacía lo mismo y yo sentía su pene contra mis nalgas, lo mismo sentía con el tío Guillermo.  En eso hubo otra replica de temblor, solo nos despertamos y el tío me calmó y me dijo que ya había pasado, él me siguió abrazando, luego nos costó dormir de nuevo, así que charlamos, me preguntó sobre mi, le dije de donde soy, mis aspiraciones, a él parecía interesarle, mientras charlamos seguíamos abrazados siempre al estilo fetal. Con su paquete en mis nalgas, a mi no me importaba.  

Nos quedamos casi dormidos, me despertó un ruido, pensé en un temblor de nuevo, pero no lo era.  Me di cuenta que el tío tenía una mano debajo de mi blusa para dormir, como dije duermo sin sostén, a escasos centimetros de mis senos.  Sentía su aliento en mi espalda alta, por primera vez pensé en el tío Guillermo como hombre, y eso me mojo la cuquita.  Luego sentí que los dedos del tío llegaron a uno de mis senos y lo acarició con mucho cuidado, solo las yemas de sus dedos pasaban sobre mi seno y mi pezón.  Sin que yo lo quisiera mi pezón empezó a erectarse.  Luego él hizo lo mismo con el otro seno. Lejos de ponerme enojada, dejé que el siguiera tocándome, sus caricias se volvieron más obvias y sentí como restregaba su paquete contra mis nalgas, yo me estaba excitando de verdad.  ...

... Sacó su mano de mi blusa y la puso en mi colita y me tocó todo el contorno.  Después me fue bajando mi pants lentamente, si hubiera sido cualquier persona, yo le hubiera detenido y le daría una bofetada, pero no podía hacerlo con el tío Guillermo, que me tenía con muy poco muy mojadita.  Me bajó en pants hasta las rodillas y luego sentí que se sacó la verga y me frotaba las nalgas con el ella, sentía su duro músculo contra mi piel.  Mi respiración empezó a subir, señal de excitación, el lo sabía ya.  Al poco rato, sentí que la mano del tío tomaba mi diminuta braguita que uso para dormir cómoda y comenzaba a bajarla, era casi un hilo dental, no sé porque no pude detenerlo, el me lo bajó también a las rodillas,  luego sentí su pene bien parado y duro, ponerlo entre mis nalgas buscando mi rajita, sentí como llegó a mis labios vaginales y  a mi clitoris, lo pasó por allí varias veces, el tío estaba bien dotado, pues en la posición que estabamos y aún su verga me frotaba la cuquita y mi botoncito.  Yo estaba mojadisima para ese momento y mi respiración abrupta me ponía en evidencia.  Yo también sentía su respiración alterada en mi cuello.  Luego él bajó un poco su pene, lo tomó con la mano y lo puso en la entrada de mi rajita, yo me quedé temblando y esperando, sentí como su pene fue abriendo mis labios vaginales y se metía en mi cuquita, era como había vaticinado, un enorme pene, gracias a mi alta lubricación que tenía, facilitó que se fuera ensartando en mi interior, allí reaccioné ...