1. Los dos errores de mi mujer, se pagaron poniéndole los cuernos


    Fecha: 07/05/2022, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: yoimi, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... la chica tenía sus necesidades sexuales insatisfechas por el abandono del marido.  Yo lamí sus jugos vaginales con la punta de mi lengua.  -María que rico acabaste en mi boca!- le dije.  Ella me dijo -no me digas eso por favor-.  Asi que mejor me callé.
    
    La llevé a un cómodo sillón en la sala, solo con sus playera puesta, en el suelo se habían quedado su braguita y sus pantaloncillos.  Me senté primero y luego la acomodé sentada de lado sobre mis piernas y nos pusimos a besarnos, ohhh que rico besaba María, su juvenil boca me comía la mía, su lengua se metía en mi boca y se entrelaza con mi lengua como lombrices en celo.  Mis manos acariciaban sus lindos y duros senos.  No tarde en soltar su lengua y atrapar con mi boca sus bellas y oscuras tetas, le chupé sus pezones negros y ella temblaba en mis brazos.  Le quité la playera y quedó en cueritos, su cuerpo era mejor de lo que había pensado, tenía una bella figura delgada.  Se me escapó y le dije -eres perfecta!-.  Ella se puso de pie, me pidió pararme y ella misma se puso a quitarme la ropa hasta dejarme también en cueros.  -Ahora si estamos iguales- me dijo.  Luego se agachó tomó mi pene que ya en ese momento estaba bien parado, y lo metió en su boca para mamarlo.  Lo hacía con tal ímpetu que parecía quería descolgármelo.  La tuve que calmar, le dije que lo hiciera más despacio. Entonces se fue más despacio, fue mejor, pude sentir lo tibio de su boca y lo caliente de su lengua.  María me chupó los cojones, creí que ...
    ... eyacularía si seguía haciéndolo.  Luego le pedí que se acostara en el sillón, me fui colocando entre sus piernas, ella las abrió por inercia, me acomodé y puse mi verga brillosa por toda su saliva, entre sus labios vaginales y la penetré lentamente, sentí que ella estaba hirviendo de caliente de su panochita, fue exquisito, seguí empujando mi verga hasta tenerla bien ensartada.  Me acomodé sobre ella, ella encogió sus piernas y las puso en mis costados, y comenzamos una increible cogida estilo misionero.  Qué mujer para coger tan rico.  Nos besamos, me besó el cuello, le mamé las tetas y nos movimos como si fueramos novios al reencontrare después de mucho tiempo.  Gemimos juntos.  Y para cerrar fantástico, nos corrimos casi juntos. Todavía nos quedamos varios minutos después de eyacular, en la misma posición besándonos.  Noté que mi verga no había perdido toda su dureza, asi que la puse en cuatro y la volví a penetrar, ahora al estilo perruno, yo me agachaba para besar su espalda, su cuello mientras entraba y salía de su mojada rajita.  También mientras la penetraba, le pasaba un dedo por su ano, ella arqueaba su espalda como disfrutándolo, eso me encantó y decidí empujar mi dedo adentro de su redondo culito, ella arqueó su espalda como respuesta, metí mi medio hasta la mitad en su estrecho orificio, lo tuve allí sin moverlo, pude sentir que a medida que pasaban los segundos ella se relajaba y dejaba de apretar mi dedo.  Luego volví a pistonear mi verga en su panocha y ahora movía ...
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