Los dos errores de mi mujer, se pagaron poniéndole los cuernos - Relatos Eróticos

Los dos errores de mi mujer, se pagaron poniéndole los cuernos

Soy Roberto de 36 años, casado, un hijo.  Estoy en la edad en la cual los hombres somos volcanes en erupción, estamos muy calientes siempre.  Mi esposa sabe lo fogoso que soy en la cama y siempre me anda controlando a donde voy, de donde vengo, tanto que hemos tenido problemas por eso, ya que yo no me dejo que me domine.  El eterno problema de los hombres casados.

Pues resulta que una amiga de mi esposa, del residencial en donde vivimos le pidió a mi esposa (en ese momento andabamos buscando sirvienta y que fuera también cocinera), que recibiera a María (nombre cambiado) que era hija de una su comadre.  Y le rogó tanto, que mi esposa accedió (primer error), pues cuando María llegó a presentarse a nuestra casa, resulta que era una chica de unos 22 años, casada, con un hijo.  María era de tez muy morena, delgadita, cabello morocho largo, dos lindos senos que apenas le cabían en su delgado torso, piernas largas delgada, tenía su sex appeal.  Y mi esposa y yo nos reunimos para entrevistarla y resulta que como suele suceder en este país, su esposo se fue a buscar trabajo a Estados Unidos, de forma ilegal y lo atraparon las autoridades mexicanas del norte de ese país y estaba encarcelado, era lo que ella sabía, y no tenía para cubrir sus deudas de casa y alimento a su hijo y un sobrino pequeño que vivía con ellos también.  Asi que estaba buscando trabajo, ella sabía los quehaceres del hogar y cocinaba.  Asi que mi esposa le puso una semana de prueba.  Durante esa semana el ...

... trabajo fue  casi impecable por parte de María, que se notaba quería el trabajo.  Asi que la contratamos por día, es decir llegaba temprano en la mañana y se iba por la tarde, como a las 4:00;  ya mi esposa hacía la cena solamente, María no vivía muy lejos de allí.

Debo decir con honestidad, que cada día miraba más bonita y deseable a María, ahora que ya comía mejor, y tenía un poco de dinero para arreglarse mejor.  Yo entablaba charlas con ella y poco a poco surgió una amistad con ella, pero guardabamos la distancia con mis esposa, para que no lo viera, pues como dije era muy celosa.  Como a los dos meses de haber iniciado a trabajar le hice la primera insinuación.  La esperé afuera de la casa en la hora de su salida y le dí aventón a su casa, así que conocí donde vive y antes de salir ella del auto, me quedé charlando como media hora, luego le tomé la mano y le dije que era muy bonita y que podíamos tener algo en donde los dos ganaramos, le dije que ella estaba sola y necesitaba un hombre de vez en cuando en su casa y en mi caso pues de tener algo con una mujer tan linda como ella.  Ella se negó rotundamente.  Sin embargo, seguí charlando conmigo en la casa y aceptaba que la llevara de vez en cuando a su casa y nos quedaramos charlando siempre dentro de auto.  Eso me daba esperanzas.  

Un día nos quedamos charlando más de tiempo normal, ella vio la hora y dijo que se había hecho tarde, le dije si podía prestarme su sanitario, pues tenía ganas de orinar, asi que la acompañé ...