1. Euterpe y Tauro (4)


    Fecha: 24/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... “Vanechka”
    
    Finalmente, la cruz de tan dulce cara de la moneda llegó algún año después de tan faustos acontecimientos, exactamente en este 2013 en que retomamos la narración, en su mes de Julio, en Valencia, feria de San Jaime, o Sant Jaume, como por allá también suelen decir. El “facedor” del entuerto, un Lamamie de Clairac, “pregonao” y con más “bemoles” que una sinfonía de Beethoven, que enganchó a Juan de “mu” mala manera, infiriéndole dos tremendas cornadas; una en un muslo y la otra, la grande, “mu”, “mu” grande, le abrió el vientre de abajo arriba. Casi seis días estuvo Juan en coma, entre la vida y la muerte…y Elena, creyendo morir al pensar que su Juan de esa “no salía”… Pero Juan, por finales, salió adelante, aunque allá, allá, las anduvo de “liar el petate” “per in sécula seculorum”...
    
    Tardó lo suyo en reponerse, pues era más ya inicios de Noviembre cuando empezó a ser otra vez persona. Comenzaba por entonces, en un más “Sí” rotundo que un dubitativo “Casi, casi”, su anual época de descanso, y Elena consiguió de su Juan que esas, digamos, vacaciones, se prolongaran durante, al menos, todo el año siguiente, el 2014… Catorce-quince meses, pues, de tranquilidad para la pobre Elena, que cada vez lo pasaba peor cuando su maridito, vestido de luces, partía para la plaza de turno… Porque ella, desde aquella tarde malagueña, precursora de la primera noche de amor de entrambos, no volvió a pisar una plaza de toros, a sentarse en un tendido, pero ni un sólo día dejó ...
    ... de acompañar a su marido allá donde fuera, por España, el Midí francés, Portugal y las Américas, de Feria Taurina en Feria Taurina.
    
    Se quedaba siempre en el hotel, sola con su congoja, sola con su angustia. Sola ante ese altar de imágenes y estampas religiosas, de Cristos y Vírgenes, santos y santas, más o menos milagreros, milagreras, todo ello iluminado por casi miríadas de lucecitas, las de decenas y decenas de lamparillas o “mariposas” de aceite,(3) luciendo ante las imágenes y las estampas, mientras ella, de hinojos, reza que te reza, ofreciendo mil cosas al Supremo Señor de los Cielos para que su hombre vuelva a ella sano y salvo. Y así pasaba el tiempo, el horror de cada tarde, hasta que llegaba la tan esperada, tan ansiada, llamada telefónica del apoderado o el mozo de espadas: “No preocuparse, que no ha “pasao na”, salvo que Juan ha vuelto a armar el “taco”… Y, por aquella tarde, el horror, se había terminado… Hasta la del día siguiente, cuando él, otra vez vestido de “luces”, de torero, volvería a salir del hotel rumbo a otra plaza de toros…o a la misma que ayer…
    
    ¡Hay, el horror de tantas y tantas esposas y madres de toreros, en las tardes de toros, cuando el hombre amado, el hijo tan querido, ejecuta la trágica danza de toro y torero, evolucionando los dos, casi al unísono, en un baile de muerte. Glorioso baile, por otra parte, cuando se danza a gusto, recreándose el hombre en la mortal danza, gustándose a sí mismo, viviendo el momento a tope, momento que, a ...
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