1. Dejar embarazada a mamá


    Fecha: 15/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... despacio. Oí la voz de mamá: "¿necesitas algo más, nene?¿si quieres lo dejamos por esta vez?". A la primera pregunta me vinieron varias imágenes confusas a la mente a las que no quise hacerle caso. A la segunda pregunta respondí con una negativa algo ronca. Unos instantes después mi miembro ya podía ser utilizado sin problemas. Me sentía un poco turbado en esa situación, con una gran tranca bajo mis calzoncillos, y un trozo de glande asomando, sabiendo que mi mamá miraba sin duda con atención.
    
    "¿Estás lista, mamá?"
    
    "Si, nene"
    
    Me volví hacia su lado, mientras ella hacía lo mismo para el mismo lado. La verdad es que no habíamos planeado la forma en que lo haríamos, tanta era nuestra vergüenza. Así quedamos los dos mirando para el mismo lado. Con el movimiento mi pene había quedado libre, y parecía indicar con su señalización hacia donde quería dirigirse. Con el movimiento también la faldita de ella se había subido hasta medio culo, dejando a la vista unas braguitas blancas que constituían la barrera que nos separaba. Como no vi ademán por parte de ella de quitárselas, tuve que tomar esa iniciativa y bajárselas nerviosamente hasta sacarlas por un pie sólo. No podía entenderlo: mi pene no sólo no se había deshinchado hasta ese momento, sino que había alcanzado el zenit de sus posibilidades y se mantenía tranquilamente como un garrote.
    
    "Creo que deberías humedecerlo un poco", le aconsejé.
    
    "Hazlo tú, por favor", dijo dando a entender que se disponía a ser todo lo ...
    ... pasiva que estuviera en su mano.
    
    Me mojé dos dedos en la lengua y los dirigí a su vagina. Me sorprendí al ver que no estaba del todo seco. Los restregué un poco por sus labios. Introduje con precaución la yema de un dedo, pues pensé que adentro debía humedecer también; automáticamente pegó un respingo que me asustó, pero ahí quedó la cosa. La lubriqué interiormente -quizá algo más de lo necesario-. Por la posición necesité apoyarme en ella con la otra mano; tuvo que ser en un costado, tocando el exterior de un seno. Empecé a sentirme menos mal de lo que me había sentido antes. Terminé con los dedos. Me cogí la polla y la dirigí despacio, mientras que con la otra mano intentaba abrirle el camino extirándo del culo hacia fuera.
    
    "Voy a hacerlo ahora", avisé.
    
    Primero entró la punta, luego el resto. Sin problemas. Fácilmente. Me mordí los labios para que mi mamá no escuchara el gemido que se me venía a la boca al penetrarla. Cuando mi pene llegó al final, pensé que ahora debía moverme. Así lo hice. Lo más dulcemente que pude, atrás y adelante. Despacio pero sin parar. Con una mano apoyada en su cadera. No veía su cara, la notaba inmóvil, como ausente, a no ser porque levemente empecé a notar, por debajo del sonido de la cama al moverse y el chapoteo de mi cipote humedo contra su coño, un leve gemido rítmico ¿de placer?. Me empecé a sentir a gusto con la situación, los prejuicios normales estaban casi apartados; sentí que la eyaculación no estaba aún cerca, y dominaba la ...