Doce albañiles y un jovencito - Relatos Eróticos

Doce albañiles y un jovencito

... hacerla entrar del todo en mi garganta -¿Que mas deseas de nosotros putita? – Pregunto el hombre rubio apartando al que le mamaba y metiéndome su propio falo venoso, grueso y grande en mi boca – que me porculicen – dije pero no logro entenderse pues tenía la boca toda ocupada por aquel mástil de carne – ¿qué dices puta? – dijo y me dio un manotazo en la nuca con el que me sujeto del cuello para cogerme la boca con fuertes embestidas –que me porculicen – dije jadeando una vez me libero y todos rieron – si que eres muy puta – me dijo aquel macho alfa – ve a rogarle a estos tios, porque te cojan y cuando ya estés bien usada ven a ver si yo te hago el favor. – apenas me lo dijo me puse de pie y sentí una patada en mis nalgas que me hizo caer al suelo, todos me hacían perseguirles las pollas implorándoles ser cogido con gran apremio – denme por el culo por favor – decía – se los imploro, por caridad solo una cogida – les suplicaba de rodillas y todos se reian, aquella humillante situación me ponía al borde de la locura, estaba tan excitado que solo pensaba en obedecer sumisamente al macho alfa, yo quería ser la perra de la jauría, me sentía en celo y deseaba ser usada como un vil agujero por todos aquellos estupendos sementales – alguien péteme el culo por favor se los suplico – grite con el culo en pompa y mi cara pegada al suelo mojado de meadas ya frías, un pie de uñas mugrientas y con hedor a queso rancio se poso junto a mi cara y yo instintivamente le lamí con ...

... desesperación. – Está bien puerca, te lo has ganado – dijo aquel hombre moreno y se puso tras de mí, mi culo palpitaba deseoso cuando puso la punta de su polla resbalosa y ensalivada y sentí un dolor fuerte mientras toda se deslizo dentro abriendo el culo como un boquete. Oh, si ¡gracias! – decía yo siendo cogido por ese hombre – mas, señor, quiero toda tu polla – decía entre gemidos – que buen culo tienes maldita guarra – me dijo con una voz casi gutural – tómala toda putaza – todos los demás me radiaron estrechamente y ahí estaba yo protagonizando la escena que siempre soñé, toda una puta hecha, al servicio de doce machos. – mi boca esta vacía chicos – les informe irónicamente, y pronto el negro flacucho fue darme su pollón hasta la garganta, todos empezaron a turnarse mi culito glotón y mi boca, ya el placer y la excitación me enviaban a sacar aspectos sínicos y lujuriosos que no conocía de mi, pero ¿Qué es lo que una buena verga no puede lograr en mi? Movía mi cintura como una sucia puta experta, algo innato en mi me hacia comportarme como una sacaleches profesional, pronto los machos no aguantaban mas y me sacaban la polla del culo llevándola directo a mi boca para darme sus lechadas, el primero fue al que llamaba el oso negro, por primera vez sentí el sabor de la leche de un hombre inundándome la boca en grandes chorros espesos y no hay nada como ese glorioso sabor, sentía que podía vivir solo de leche y vergazos y con gusto seria lo que ingiriera todo el día, después de un rato no ...