1. El poli


    Fecha: 04/07/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... como a las 7, me duché y cambié las sábanas, manchadas de la última paja. Puse a refrescar ese blush de Sirah que guardaba para los momentos especiales. Comenzó a llover bastante fuerte. Preparé unas ensaladas, unos vegetales al wok y unas berenjenas árabes que me habían enseñado a preparar un putito judío que me había cogido algunas veces, aún recuerdo su cabezota circuncisa partiendo en dos mi cristiano trasero! Por las dudas que no hubiera clima, preparé unos videos gay al lado del equipo del living. La lluvia pegaba fuerte sobre el techo de chapa del patio, encendí la estufa y vestido con el jean ajustado que me marca mejor el culo y el bulto y un buzo grande me puse a mirar tele. Se hicieron las 9 y el poli no apareció. A las 9:25 ya me imaginaba que el puto no iba a venir y me fui al dormitorio a buscar alguna película gay en internet y vivir otra noche de video y paja, cuando al fin sonó el timbre, una vez, dos veces, tres veces seguidas. Abrí, era Matías completamente mojado y con cara de desesperado. -Disculpame, no conseguía taxi, me dijo mientras entraba presuroso. Le ofrecí una camisa mía y un jogging que mi ex dejó olvidado cuando nos separamos. Matías es pequeño, no más de 1,70 y menudo, de ojos negros y cabello ídem muy cuidado y corto, como corresponde a un oficial de policía, yo en cambio mido 1,85 y, si bien delgado, soy de cuerpo fuerte. No quise apurar la cosa, así que le di la ropa y lo dejé solo para que se cambiara. Mi camisa le quedaba grandísima, ...
    ... pero el jogging le quebaba bárbaro, ensalzaba sus nalgas y las hacía más que deseables. El muy puto sabía que lo que tenía atrás era jamón del medio, cuando salió del baño, me miró a los ojos y levantándose la camisa pegó una vueltita, diciendo -que tal estoy?- Me contuve para no arrodillarme detrás de él y llenarle de mordiscos las nalgas. Puse la comida sobre la mesita del living, el blush en un balde con hielo, y no sentamos lado a lado en el sillón. Matías se arrimó bien a mi y me franeleó la pierna con la suya, mientras me miraba con los labios apretados y mirada fogosa. Yo estaba medio extrañado. Mi primera impresión de esa mañana era que Matías era un nenito dulce como a mi me gustan, y ahora se me presentaba como una putita calentona y dominante. Llené dos copas y le propuse un brindis. -Por lo que va a pasar. -Por lo que te voy a hacer-, me contestó. Me dio un beso en los labios y luego bebimos. Como sucede casi siempre que invito a alguien a cenar, las conversación comenzó sobre mis gustos y razones alimentarias. Matías era, como buen argentino, un adicto a la carne, así que mi comida le provocaba comentarios jocosos que por el tono francamente me generaban cierta molestia. Al fin, amablemente amoscado le dije: -No te hagas problemas Mati, después de la cena vas a tener una abundante dosis de carne bien calentina y jugosa. -Mmmm, cómo me gusta eso!, en serio me vas a dar tanta carne? -Sabés Mati, el vegetarianismo es sólo una parte, yo practico Zen, y puedo retardar mi ...
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