1. El poli


    Fecha: 04/07/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... sobre el otro, nuestras respiraciones agitadas bajando de a poco, nuestros cuerpos sudorosos y calientes bajando de la nube de exitación a las que nos había llegado mi orgasmo y su delicioso culito. Se la saqué y lo dejé solo un instante. Saqué el acolchado manchado y abrí las sábanas. Lo cargué como novia nuevamente, lo deposité sobre las sábanas frescas y me acosté a su lado. El reloj marcaba la 1:30 de la mañana. Enseguida me abrazó, me senté contra el respaldo de la cama, el poli se acomodó entre mis piernas y apoyó su cabeza en mi pecho. Yo lo rodeé con mis brazos y nos quedamos un rato en silencio. -Cómo estás putito? -Feliz como nunca lo estuve. -No te importó dejar de ser un taquero arrogante?- Se puso serio, me miró a los ojos. - Perdoname amor, no soy así, pero soy cana y me enseñan a ser así. Además amor, sos mi segundo hombre y yo quería que creyeras que era un tipo experto, que me las sabía todas. Yo soy un poli, y hasta comiéndome la pija quería ser poli. -Cómo, cómo? El oficial Sánchez me contó su historia. Desde chico sentía atracción por los hombres, pero nunca se había animado. Había entrado virgen a la escuela de policía, virgen de culo y virgen de pija. Como él vivía lejos, los fines de semana no regresaba a su casa quedándose solo en la cuadra de ...
    ... cadetes. El sargento Miranda, un tipo de unos 40 años, evidentemente le sintió el "olorcito a puto" y un sábado, medio de prepo, medio consentido, lo desvirgó. Durante un año y medio el sargento Miranda se lo cogió durísimo todos los fines de semana, más las noches de guardia más alguna otra noche con alguna excusa para hacerlo ir a su chalet, ya que vivía en la escuela. En junio del año pasado, lo descubrieron in fraganti culéandose a otro cadete. Al pobre pibe le dieron la baja deshonrosa y al sargento lo transaladaron a una comisaría donde seguramente ahora se debía estar cogiendo algún otro oficialito joven. Se decía que en un par de años todo se olvidaba y el sargento Miranda iba a volver a la escuela. Desde junio, nadie más lo había cogido. No me había equivocado, Mati era el nenito dulce que yo había imaginado la primera vez que hablamos. Se había puesto la coraza de poli machote, mandón y pedante porque le habían enseñado que "así debía ser un poli" con o sin uniforme. Desde esa noche somos pareja. No, no vivimos juntos, un poli no puede vivir con un macho, un poli nunca es puto, aunque en la escuela seguro a alguno le siguen rompiendo el culo. Ahora es vegetariano y le enseñé las técnicas zen. Para qué?, para su bien. Y para el mío, o se creen que no me gusta la verga? 
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