1. El poli


    Fecha: 04/07/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... orgasmo todo lo que quiera. Entonces si estás hambrienta, te puedo dar de comer carne por el culito por horas. Matías sonrió con sorna. -En serio?, vos no me conocés Luquita. Yo soy capaz de hacer acabar hasta a tu amigo frío de esta mañana. -Te gustó esa pija, no? -Uy, si hubiera estado solo, se la chupaba y se la hacía parar! Ya la pedantería del poli me estaba jodiendo, pero no me dio tiempo para poder retrucarle. Se levantó, cruzó sus piernas sobre las mías, me rodeó el cuello con los brazos y se sentó sobre mis muslos. Comenzó a besarme. Lo abracé y comencé también a comerle la boca con la mía, sin dejar que su lengua monologara en mi boca. Mis manos fueron rápidamente a sus nalgas. El putito no se había puesto el slip, así que apenas metí las manos debajo del jogging sentí la tibieza y suavidad de su colita. Matías dejó de besarme. -Hagamos las cosas bien. Me hizo incorporar, me desvistió, miró con deseo mis 18 cabezones cm de verga aún dormida pero ni me la tocó. Se alejó un par de metros y, como si estuviera escuchando el tema de "Nueve semanas y media" comenzó a moverse y sacarse la ropa muy sensualmente, desabotonando su camisa botón por botón y mirándome con ojos de putita. Mi pija comenzó a ponerse dura. Cuando estuvo completamente desnudo se arrimó a mi y comenzó a franelear sus nalgas contra mi pija. No lo dejé seguir. Lo di vuelta y lo cargué en brazos. En seguida entendió y rodeó mi cintura con sus piernas. Lo comencé a besar como para destruirle la boca ...
    ... y, entre beso y beso, casi sin que se diera cuenta, lo acomodé y lo empujé con fuerza para abajo para que le entrara mi glande en seco. No se lo esperaba. Gritó de dolor. -Entendés poli?, ahora mando yo. Matías se quedó mirándome extrañado. Le dí un segundo empujoncito chiquito y de nuevo volvió a gritar. -Si Luqui, ya entendí, me dijo con ojos suplicantes. Se la saqué despacito, lo apoyé en el piso y lo volví a levantar pero ya tomándolo en brazos, como se lleva una novia a la cama en la noche de bodas, lo besé suave en los labios. A Matías se le fueron iluminando los ojitos y se le pusieron húmedos, su cuerpo tenso se relajó y en silencio disfrutó de cada uno de los pasos que lentamente lo iban acercando a mi dormitorio, sin sacar sus ojos de los míos. Lo acosté con su culito en el borde de la cama, tomé el lubricante y las toallitas húmedas y los puse a su lado, me ubiqué entre sus piernas, me incliné sobre él y comencé a besarlo en los labios muy muy suave, le di pequeños mordiscos en sus orejas, besé su cuello, me entretuve largamente en sus tetitas y sus pezones, seguí bajando con mis besos por su pecho y su pancita hasta llegar a su pubis, me detuve largo tiempo besando su vientre entre el ombligo y el comienzo de su bello bosque oscuro. Chupé apenas un poquito su linda pija. Matías mientras acariciaba mi cabeza en silencio, sus ojos cerrados, dos hilos brillantes bajando por sus mejillas. Tomé el lubricante y con mi dedo se lo fui comenzando a meter en su esfínter ...
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