1. Balseros (VI): Un balsero despechado


    Fecha: 31/05/2023, Categorías: Gays Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos

    ... ganas no le faltaban. ¡Esto es lo que te voy a dar! y me enseñó una bolsa de plástico con unos pedazos de hielo, entonces me tumbó en el sofá mientras me acariciaba los muslos, yo acomodé mis brazos detrás de la nuca esperando con mi borrachera, una buena mamada. En realidad, lo que sentí después, fue que me bajaba los calzoncillos y metía dicha bolsa justo debajo de mis huevos, calzándola con la tela nuevamente. Cuando me di cuenta, era muy tarde, porque ya me había hecho una de sus "llaves” en las que era todo un experto y me había inmovilizado. ¡Ahora me vas a contar a que carajo viene toda esta locura! Y no me hagas fuerza porque te juro que no voy a tener compasión, ¡así tenga que dormir cuidándote en el hospital esta noche!
    
    Le conté sobre la carta entre sollozos, mientras contenía el dolor en mis testículos y mientras mezclaba mis incoherentes frases con toda clase de insultos y maldiciones hacia mi ex novia y hacia todas las mujeres en general, para luego pedirle un beso y decirle más de una vez que él sí me quería, que era mi único y verdadero amigo, que él era el único que se ocupaba de mí y que todas las mujeres son iguales, que no quería ver a una mujer más nunca en mi vida y no sé cuántas otras frases que solo los borrachos inventan. Le tomó media hora para casi entender mi historia, la cual yo interrumpía constantemente con insultos hacia Lisa o con halagos hacia él, cuando se cansó de mi repertorio, decidió buscar la carta y leerla. ¡5 minutos más! me dijo ...
    ... señalando el hielo, para pararse e ir a la cocina con la carta en la mano. Yo gritaba: ¡no me dejes solo, tengo mareos!..., ¡cobarde! me gritó de lejos, ¡estate tranquilo! ¡nadie te manda...! y regresó al rato con un vaso lleno y me ordenó, tómatelo todo. Me senté para beber ansioso. En realidad el alcohol y la conversación me tenían muerto de sed, terminé el agua con azúcar que me había traído y le pregunté: ¿ya me puedo quitar esto? En realidad, no estaba bien, pero me dolían los testículos y ya me sentía mejor, aunque no me acordaba de casi nada de lo que habíamos hablado minutos antes.
    
    Vamos a la ducha, que hueles a cojón de oso, me dijo, mientras se quitó su camisa y rectificó, olemos. Después vomitar como hasta la bilis y unos 20 minutos de protesta continua, por el agua casi helada, con la que Yovany me obligó a bañarme, me dio dos nalgadas y me dijo: Creo que ya estas listo y me mandó fuera de la ducha, quedándose dentro para terminar y limpiar el desastre que dejamos. Me sentía casi nuevo, aunque mareado, me cepillé los dientes y devoré con ansia casi un galón de agua. ¿Ya estas mejor? preguntó mi amigo mientras pegaba todo su oloroso y fresco cuerpo por detrás del mío. Recosté mi cabeza hacia atrás, en su hombro con placer erótico y le dije: Quiero que me hagas tuyo esta noche. Besó mi boca, me miró asombrado y dijo... Todavía estás borracho; Tomé sus manos y las coloqué en mis nalgas mientras me viraba de frente entonces le rocé los testículos con la punta de mi ...
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