1. El amante


    Fecha: 17/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo que me preocupó cuando un par de semanas después recibí la llamada de Juan, el responsable del equipo que llevaba la renovación, informándome de que como mi casa no corría prisa iban a compaginarla con otros compromisos que les habían salido, dejando un hombre dedicado específicamente a mi casa. Dijo que ese hombre sería Héctor, y aunque traté de rebatirle, acabó convenciéndome al decir que era el más eficiente en el trabajo y el que más tiempo llevaba trabajando con él.
    
    Cuando aquel jueves, como todos los jueves desde hacía algún tiempo y durante algunos meses más, monté en mi coche a la salida del trabajo para ir a ver el avance de las obras y tomar las decisiones pertinentes, un sentimiento extraño, como un terror infantil fuera de lugar y de tiempo, me asaltó. Era la primera vez que iba a tener que tratar obligatoriamente con Héctor, y el brillo de aquella sonrisa aterradora me acompañó todo el trayecto. Al entrar, él remataba los últimos detalles agachado, y lejos de encontrarme ante la típica escena del albañil que enseña la raja del culo, me encontré ante un hombre con los glúteos perfectos, torneados en el gimnasio del andamio, de espaldas anchas y pecho fuerte. Después de saludarme, se echó dos sacos al hombro y dijo:
    
    - Enseguida estoy con usted- y bromeando añadió al pasar junto a mí- cuidado que manchó. Cierto que un polvillo emanaba de los sacos y que su ropa estaba manchada por la faena, pero también observé en él un raro toque de elegancia en su ...
    ... caminar. Podría detallar matices en el aroma que llegó a mí, desde el desodorante perdido en la mañana hasta el sudor por el esfuerzo, pero lo resumiría diciendo que olía a hombre, a macho. Todo esto, unido a su trato profesional, cordial pero educado, iba transformando mi miedo inicial en una turbación difícil de definir.
    
    No olvidaba sus miradas abusadoras, y el miedo me hacía tener siempre presente la poca resistencia iba a poder oponer si él actuaba, pero con el transcurso de las siguientes citas semanales iba poniéndole nombre a esa sensación extraña que experimentaba ante él: me gustaba. Era una atracción primaria, física. Me gustaba su cuerpo, su manera de moverlo, y sin embargo estaba muy lejos de la elegancia y sofisticación que siempre me habían atraído. Tampoco era un adonis; metro setenta y cinco, torso robusto, la cabeza afeitada para disimular la calvicie, barba siempre de tres días con alguna que otra cana. Debía tener algún año menos que yo, rondaría los cuarenta y cinco. Con el tiempo, al regresar a mi hogar, cada vez estaba menos presente en mi mente la reconstrucción del tejado o la nueva distribución de los espacios, sino la sensación que Héctor me provocaba. ¿Por qué me gusta si no es la clase de hombre en el que me fijo?, ¿por qué si sigo amando a mi marido?...
    
    Fue en noviembre. Los días más cortos y las primeras heladas. En el viaje de ida, siempre los jueves, siempre al salir del trabajo, una placa de hielo había hecho derrapar mi coche. Al llegar al ...
«1234...»