1. Purificación. El despecho de una joven adultera


    Fecha: 09/05/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El día era maravilloso, uno de esos pocos días en lo que piensas que nada puede salir mal, el sol brillaba en el cielo, los pájaros cantaban en cada rincón de la ciudad, era el día perfecto para salir de día de campo. Los adorables señores Guillen habían decidido que era un estupendo día para divertirse en familia. Purificación charlaba con su esposo, recostada en su pecho, con los brazos de él rodeándola, charlando de cosas vánales mientras veía como Jacobo jugaba con un cachorro que no sabía de donde salió. Le gustaba ese sentimiento de tranquilidad, de seguridad, de verdadero amor hacia sus hombres (refiriéndose a Cesar y a Jacobo). Veía como las familias que estaban cerca se divertían igual que ellos, sin preocupaciones, y sin problemas. En eso su adorado hijito se acercó a ellos.
    
    – Mami… Papi…mira, dijo Jacobo extendiendo sus manos para mostrarles el cachorro con el cual momentos antes jugaba.
    
    – ¿Qué es eso amor? Preguntó Purificación sabiendo la respuesta, sin embargo le gustaba seguir el juego con su bebé.
    
    – ¡Un perrito…! ¡Un perrito…! Decía Jacobo dando vueltas visiblemente emocionado. La madre extendió sus delicadas manos y cogía al cachorro, lo observó detenidamente, no sabía nada de animales y menos de perros, pero al parecer era de buena raza. Estaba solito… allí…, el niño señalo unas rocas que estaban a unos 15 metros… – ¿Podemos quedárnoslo? Jacobo quería con todas sus fuerzas tener aquel perrito como mascota.
    
    – No lo sé amor… Tal vez sea de ...
    ... alguien, decía Purificación. – Pero no tiene collar… Por favor mami, suplicaba el chico.
    
    Puri sabía que su resistencia ante el niño duraría poco, era tan dulce tan tierno, que le era difícil negarle algo, además que nunca lo había hecho. – Está bien… por mí no hay problema… pero también debes convencer al gruñón de tu padre…, dijo la rubia dirigiendo su hermosa mirada a Cesar quien hasta ese momento no había dicho palabra alguna, solo se había limitado a escuchar.
    
    Purificación observó como la emoción del niño disminuyó, convencerla a ella era fácil, convencerlo a él era difícil. – No Jacobo… lo siento… pero no podemos hacernos cargo de él, la voz del hombre era seria, pero demostrando cierta pena por no poder cumplir el capricho de su hijo.
    
    – Mami… por favor… el chico giró a ver a su madre. Cesar siempre había creído que Purificación consentía en demasía a Jacobo, prácticamente cualquier capricho se lo cumplía, pero si para Purificación era difícil decir que no a Jacobo, para Cesar era difícil negarle algo a ella. – Cesar…, dijo Purificación clavándole su mirada, con esa simple palabra se dio a entender.
    
    – No… Lo siento querida… pero no podemos cuidarlo…, en la cara de Cesar se notaba claramente como este realizaba un gran esfuerzo para no ceder.
    
    Purificación veía como su niño consentido estaba al borde de las lágrimas, quería hacerse el fuerte, demostrar que él era un niño grande pero no lo hacía muy bien. – Cesar… volvió a decir la rubia y acercándose al oído de él, ...
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