Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (2) - Relatos Eróticos

Mi esposa Sofía: Demasiado hermosa para un solo hombre (2)

... escuche que gritaron su nombre – Sofía llamada del Jefe- era Emanuel quién sostenía el teléfono en la mano haciendo señas para que ella se acercara.

Ella se paró y me hizo señas que esperara y se fue. Tras cinco minutos que se hicieron eternos en los que todos comenzaron a irse, ella volvió. Apenada y con una mirada triste me dijo que tendría que quedarse a esperar unos papeles y llevarlos a Genaro para la firma de un nuevo contrato, que Emanuel y ella llevarían.

Antes de poder contestar algo, Emanuel apareció detrás de ella – Sofía es hora de irnos tengo los papeles y es importante vámonos- La mire confundido, ella se acercó y me dijo en voz baja – ¿Por qué no te adelantas al hotel y me esperas en nuestra mesa que reservaste? Estoy segura que terminaremos pronto, el cine será después prometo compensarte. - y se marchó con Emanuel quien iba con una gran sonrisa.

Bajé por el auto y mientras decidía en que hacer tiempo, vi la camioneta de Emanuel pasar delante de mí, y decidí seguirlos lo más discreto posible, sabía que algo tenían entre manos y no podía quedarme allí esperando. Le mandé un par de mensajes, pero no respondió, mientras me mantenía unas cuadras atrás de la camioneta, vi que esta se disponía a estacionarse en un restaurante del centro de la ciudad.

Espere a que ellos bajaran y entraran para poder estacionarme, cuidadosamente me acerque, pero la visión era poco nula, así que decidí dar una vuelta para distraer mis pensamientos de lo que pudiera estar ...

... ocurriendo en aquel lugar. Cuando volví mire el reloj y vi que habían pasado cerca de 45 minutos. Así que saque mi teléfono para intentar volver a comunicarme con ella.

Pero antes de que pudiera hacer algo más vi un mensaje de ella, “Amor lo siento fuimos a un restaurante a dejar los papeles a un empresario llamado Felipe, pero hemos tenido que movernos pues quiere conocer la ciudad, lo siento”.

Sentí el corazón al mil sabía que aquellos hombres no se bastarían con mirarla, que aquel vestido por más discreto que fuera en su cuerpo era un arma de lujuria y que Genaro y Emanuel tenían algo entre manos, por lo que había escuchado ese mismo día mientras hablaban por teléfono, y ese tal Felipe a quién no conocía seguramente también quedaría prendado de la belleza de ella, y que harían si pudieran todo por poseerla. Sentí que mis planes o lo que quedaba de ellos terminarían.

Le escribe un mensaje aun pensando que nuestros planes podrían arreglarse quizás un poco, y me dirige al Hotel “W” mientras le escribía que en cuanto se desocupara fuera hacia allá y que la estaría esperando para poder continuar nuestra noche planeada.

Llegué al hotel y me dirigí a la habitación. No supe cuánto tiempo paso, recorría todo el lugar del baño a la ventana, de la ventana a la cama, etc. Prendí la tv y me dispuse a mirarla mientras miraba y miraba el celular esperando alguna información de ella, hasta que me venció el sueño y me dormí. Desperté y mire que no había rastros de ella, así que ...