1. Relato 50: Confesiones de una mujer feliz


    Fecha: 23/03/2023, Categorías: Confesiones Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... nos contó que tenía 26 años, recién recibida de abogada, que había empezado a trabajar, que no tenía pareja y otras cosas. Al rato dije:
    
    “Brisa, ¿Queres intentarlo? Te lo presto un rato para vos sola.”
    
    “Con intentarlo no pierdo nada. Pero tengo miedito.” Dijo.
    
    “Vos dejate llevar por él, y cuando te sientas segura, si queres verdaderamente gozar, volvelo loco.”
    
    Se empezaron a besar y acariciar, Briza le chupaba la pija con maestría, mientras lo miraba a los ojos. Cuando la tuvo bien parada, él la puso en cuatro y comenzó a chupar su concha, Brisa gemía como loca. Él se dedicaba al clítoris mientras le sacaba orgasmos al punto G. Sin sacar sus dedos de la concha, comenzó a meter su lengua en el orto de ella que comenzó a abrirse solo.
    
    “Hijo de puta, no podes chupar tan bien.” Dijo Brisa.
    
    Cuando Sergio le llenó el orto de saliva, fue metiendo un dedo despacio. Ella sola se movía lentamente para metérselo por completo. Cuando lo logro, se quedó quieta y lo dejo hacer a Sergio, que rápidamente fue dilatándolo, y metiendo el segundo dedo. Brisa gemía de placer y me miraba sonriendo, y sin emitir sonido me decía que era un hijo de puta. Él se paró apoyo la pija en el ano, escupió una vez más y fue metiéndola de a poco. Ella respiraba profundo y ayudaba empujándose hacia Sergio. En poco tiempo sintió el cuerpo de él contra sus cachetes.
    
    Sergio empezó a entrar y salir y ella a gemir cada vez más fuerte. De pronto se quedó quieta y nos dijo: “Mi primer orgasmo ...
    ... anal. Seguí por favor te pido.” Él aumentaba la velocidad y ella los gemidos.
    
    “Destrozame el culo.”
    
    Sergio se quedó quieto y le dio un chirlo en cada cachete y le dijo: “Putita, vos te lo vas a destrozar, movete!!”
    
    Fue como si hubieran puesto un hierro candente en su espalda. Se movía con todo, apoyo su cabeza en las sabanas y se abría el culo a más no poder. Vi la cara de Sergio y supe lo que venía. La tomo con fuerza de los pelos, ella se arqueó y mientras le daba chirlos en los cachetes bombeaba con todo, el ruido de los cuerpos golpeando impresionaba.
    
    “Mirame Brisa.” Le ordenó. Ella giró la cabeza y al ver su cara le comenzó a temblar el cuerpo, el no dejaba de golpearla suavemente, hasta que la sujetó firmemente y la enterró con todo en el culo. Acabó adentro y ella parecía convulsionar. Él se tiró en la cama. Brisa se recuperó, y lo besó suavemente en la boca.
    
    “Pato, vos perdes a este tipo, y primero te cago a patadas, y después te lo robo.” Dijo riendo.
    
    “Olvidate, nunca lo voy a perder.”
    
    Tomamos un vino y nos acostamos a dormir. Esa noche lo hicimos varias veces, en trio o de a dos. Mientras con Brisa preparábamos el desayuno, él nos metió dedo a las dos juntas en la cocina, tanto en la concha como en el culo. Las dos nos corrimos juntas besándonos e insultándolo.
    
    Brisa se fue, intercambiamos teléfonos y con Sergio nos fuimos a dormir de nuevo.
    
    Debo confesar que luego de tres años de estas experiencias, me siento una mujer mucho más plena. Con ...
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