1. Celebración en altamar


    Fecha: 17/03/2023, Categorías: Confesiones Autor: Lustsins, Fuente: CuentoRelatos

    ... había ni un alma, más que unas gaviotas y Joe organizando la parrilla y unos refrigerios. Al soltarlos note que camino al otro extremo del cayo, me preguntaba a qué y justamente en ese momento me percate que había ido a orinar. Solo note como bajo su short y saco su miembro; tal cual como me imaginaba por su altura, a pesar que estaba en su estado flácido tenía un buen pedazo. Sin haberme percatado que Carla me veía a través del reflejo en la ventana, al girarme quedamos frente a frente en el espejo y mirándome a los ojos susurró a mi oído: “por allí dicen que uno se enamora cuando lo ve meando”. Yo le respondí: “por allí dicen que con la vara que mides serás medido, pobre Joe” y nos reímos a carcajadas. Tenía mucha pena, pero era honesta. Siguió untando la crema hacia mi espalda y se sentía tan bien. Siguió más debajo y me dijo: “recuéstate boca abajo, estando acostada es más fácil”. Me acosté como me lo pidió, aplico el bloqueador en mis pantorrillas, luego en mis muslos y luego en mis nalgas, donde pude sentir que se detuvo por mayor tiempo y lo hacía con otro tacto. Pude pillarla a través del espejo por igual mordiéndose el labio inferior mientras masajeaba mis nalgas, de seguro le gusto lo que veía, sé que tengo un lindo culo y además lo que había comenzado como aplicarme crema ya se sentía como un divino masaje.
    
    Sentía como sus manos circulaban la superficie completa de mis glúteos, de un lado al otro encerándome con fuerza, sus dedos se hundían con presión en mi ...
    ... carne, sus uñas acariciaban mi entre pierna con cada giro. De verdad se comenzaba a sentir bien. Yo recosté mi cabeza sobre la almohadilla y me dispuse a relajarme a ojos cerrados. Carla siguió unos segundos más y subió a mi espalda ya haciendo caricias en vez de aplicar crema. De repente sentí una sensación muy muy fría, abrí mis ojos y subí la cabeza, pude ver nuevamente por medio del ventanal que Carla sostenía un hielo en sus labios y lo restregaba a lo largo de mi espalda, el contacto con mi piel caliente hacía que el hielo se derritiera destilando gotas y más gotas sobre mi cuerpo. Ya no podía ser tan inocente y no darme cuenta que Carla me estaba seduciendo, no era cuestión de un simple juego. Me dije a mi misma si ella quiere jugar tú debes jugar por igual, así que me dispuse a tantearla. Abrí un poco más mis piernas, arqueé mi espalda y alcé mis nalgas. Carla cayó en mi trampa enseguida, volvió con sus dedos por entre mis glúteos, rosando ya mi culito y mi rajita. No podía creerlo, mi amiga comenzaba a excitarme. Se acercó a mí y me dijo: “espero no incomodarte, no sé qué hago, si es el alcohol o que, espero no me malinterpretes, pero algo me ha gustado al tocarte. Tu piel se siente tan suave, tocar tus nalgas es rico. Nunca he estado con una chica y sé que tu si, ¿lo hago bien? Todo eso fue música para mis oídos. No lo podía creer, por un momento me dejo en shock. Volví en sí, me alce, me gire, la tome de la cara y le dije: “lo haces tan pero tan bien que probare ...
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