1. Celebración en altamar


    Fecha: 17/03/2023, Categorías: Confesiones Autor: Lustsins, Fuente: CuentoRelatos

    ... besarte, si te gusta me correspondes y si no pues… No termine de finalizar mi oración cuando la que me beso fue ella.
    
    Esa sí que fue una movida sorpresa. Sus carnosos labios se sentían magnifico, tan suaves, tan provocativos, nos hundimos en un intenso beso suave pero fuerte. Le correspondí con mayor intensidad, ella había liberado todas mis ganas, sentía un torbellino de emociones y ya no podía contenerlas, era ahora o nunca y me dejé llevar sin remordimiento a nada. La tome del cuello con ambas manos y ella me abrazo, nos encontrábamos ambas arrodilladas frente a frente besándonos apasionadamente. Su lengua ya se entrelazaba con la mía, su sabor a era el mismo que el mío, nuestro aliento a alcohol se fundía en uno solo y ya era imposible contener nuestros estímulos, comenzamos a tocarnos, acariciando nuestros pechos, luego baje a tocar sus nalgas, nuestro sudor se hacía presente, esta vez no era solo por el sol. Nuestros pensamientos y nuestros movimientos habían hecho efecto, respirábamos rápidamente y temblábamos sutilmente, yo me sentía mojadisima y eso me hizo pensar en cómo estaría ella. Así que no lo dude ni un segundo, baje mi mano derecha hasta su abdomen y deslice mis dedos por debajo de su bikini, sentí como su beso se paralizo y con un sutil movimiento dos de mis dedos comenzaron a circular su clítoris lentamente. Ella mordió mis labios y después de unos segundos, se dejó llevar soltando un rico gemido. Tenía su aprobación, tal y como pensé, su cueva estaba ...
    ... tan húmeda y caliente como la mía. Lo mismo que hacía con mi mano izquierda me dispuse hacerlo con la derecha, pero en uno de sus pechos. Tome con mis dedos la punta de su pezón y lo pellizque suave, luego lo gire y apreté un poco más fuerte; se lo hacía tal cual me gustaba que me lo hicieran a mí. Entre mis movimientos ella hizo los suyos, con ambas manos apretó mis nalgas y las abría y cerraba lentamente, como si se tratara de una escotilla que liberara la tensión en mis orificios. Sentir la brisa en ellos me genero una corriente de escalofríos estupenda. Se balanceo hacia atrás y me llevo con ella, caímos recostadas una encima de la otra.
    
    Continúe esta vez a chupar sus bellas tetas entre mis manos, habían quedado justo al frente de mi vista y se me hizo imposible no hacerlo. Los chupaba profundamente, tomaba lo que más podía de ellas abriendo al máximo mi boca en cada mordida, como si estuviera comiendo uno de mis frutos favoritos, unos dulces melones restregándose en mi cara. Ella sostenía mi rostro y apretaba sus pechos como para ahogarme en ellos, se notaba que ya no le era incomodo que una chica fuese la que se la comía. Por primera vez mi amiga sentía el otro lado de la moneda. Y sí que lo disfrutaba, su cadera comenzaba a moverse y alzarse, eso fue señal para mí de que la hora de saborear esa almeja había llegado.
    
    Me desacople de sus pezones e inicie un camino de lamidas y chupones a lo largo de su plano y hermoso vientre, sentía como se quedaba inerte esperando ...
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