1. La infiel Eli


    Fecha: 14/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... las veces anteriores, Eli me besaba sentada a horcajadas en mi regazo. Haciendo que mi capullo rozase su pipa. Yo, la abrazaba y recorría su espalda recreándome en sus maravillosos glúteos. Esta vez le hice caso y no profané su más dolorido orificio:
    
    -Por favor, esta noche por el culo no. Lo tengo ardiendo de la irritación.
    
    Asentí mordiéndole la boca y dejando que fuera ella, la que con un movimiento pausado me fuera follando. Sus gemidos precedían al ofrecimiento de su busto:
    
    -Cómeme las tetas.
    
    Yo mordía los pezones e intentaba abarcar con la boca aquellas dos magníficas obras de arte. Con la cabeza hacia atrás comenzó a cabalgarme más fuerte a medida que notaba que el orgasmo le haría estallar. Con un grito me anunció que había llegado al éxtasis sexual. Me abrazó fuerte y me pidió que me corriese.
    
    Yo preferí masturbarme sobre ella. Así que de rodillas sobre ella que yacía boca arriba me pajeé hasta eyacular sobre su barriga y sus tetas. Eli agradeció con suspiros de satisfacción el calor de mi corrida sobre su espectacular cuerpo.
    
    Cansados por el viaje del día y el sexo caímos en un profundo sueño.
    
    El domingo me desperté antes que Eli. Me levanté y estuve aseándome un poco. Desnudo frente al espejo comprobé que tenía marcas de sus uñas y algún mordisco en el cuello. Volví a la habitación y me recreé en la mujer que dormía desnuda en mi cama. Realmente era preciosa. Su cuerpo trabajado pasaba por el de alguien mucho menor. Los marcados rasgos de su ...
    ... cara le daban una belleza casi animal y una sensualidad irresistible. Sus tetas mantenían una tersura y dureza impropias de una madre de cuarenta años. Su abdomen totalmente plano delataba que practicaba algún tipo de ejercicio en el gimnasio al igual que sus piernas perfectamente torneadas.
    
    Me acerqué junto a ella y comencé a despertarla recorriendo todo su cuerpo con besos y caricias. Poco a poco, Eli fue ronroneando haciendome saber que el despertar era de su agrado. Se colocó bocabajo para permitirme seguir las caricias por su espalda. Mis manos recorrieron el camino hacia arriba y hacia abajo. En cada descenso fui introduciendo mis dedos cada vez más en su entrepierna. Sentí el calor al pasar por la hendidura de su coño. Hasta que decidí quedarme allí y masajearle el clítoris. Despacio, sin prisa. Untándolo con sus propios fluidos para evitar molestias. A medida que su respiración se hacía más fuerte yo comencé a masturbarla con mayor cadencia. Le introduje un par de dedos y comencé a follarla con la mano. Ella se fue incorporando a cuatro patas deseosa de que le metiese algo más duro que mis falanges.
    
    Viendo el estado de mi amante no dudé en situarme detrás y, sin apenas esfuerzo, penetrarla con mi polla. Aferrado a sus caderas empecé a penetrarla sin pausa. Me deleitaba con el movimiento de su melena a cada golpe de cadera mío. Eli llevó su mano derecha a su clítoris y comenzó a masturbarse. Le hice saber que estaba a punto de correrme e inmediatamente descargué lo ...
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