1. La infiel Eli


    Fecha: 14/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... su culo y su coño. Desde aquí los labios se asomaban por entre las piernas mientras su agujero anal se contraía sobre sí mismo. Me coloqué tras ella y agarrándola por las caderas me la follé con fuerza. Eli se aferraba a las sabanas y hundía su cabeza en la almohada mientras yo no le daba tregua. Con una erección de caballo percutía con mi ariete contra aquel castillo. Una vez profanado ella no opuso resistencia y se entregó a su nuevo dueño. Cada vez que la oía gritar, más fuerte le daba. Cuando se acercaba el final la agarré por el pelo y tirando de ella hice que se incorporara:
    
    -Me voy a correr, ¿me oyes?- Le gritaba.
    
    -Sí, cabrón, sí.
    
    Sin previo aviso le di un cachetazo en una de sus nalgas y le dejé marcada la mano. Ella dio un grito de dolor que acallé con otro fuerte golpe de cadera contra su enrojecido coño. La empujé contra la cama y ella se derrumbó boca abajo, lo que aproveché para subirme a horcajadas sobre ella y correrme en su espalada. Ahora eyaculé menos que por la tarde pero no fue menos placentero. Eli estaba agotada y dormimos abrazados.
    
    La luz que entraba a través de la persiana mal cerrada nos despertó antes de las 9 de la mañana. Decidimos que aprovecharíamos el día dando una vuelta por la Sierra. Visitaríamos los pueblos de los alrededores, comeríamos en alguno de ellos y volveríamos de noche. Eli, se levantó y se metió en el baño. Se llevó el teléfono por lo que deduje que querría hablar con su marido. Yo permanecí en la cama. Mientras la ...
    ... oía hablar me fui excitando.
    
    Eli era un pibonazo. La típica pureta impresionante, guapa, con cuerpazo y una bestia en la cama. Y ahora estaba engañando a su marido. Y yo era el corneador. Todos estos pensamientos fueron teniendo un efecto en mi libido. Me descubrí masajeando mi polla erecta y se me ocurrió dar una sorpresa a Eli que por el ruido de la ducha ya debía estar dentro. Entré en el baño y la adiviné detrás de la cortina bajo el agua. La asusté cuando descorrí la pieza de plástico que protegía del agua. Desnudo ante ella me deleité con su cuerpo bajo la ducha. Tenía la melena mojada hacia tras. El agua resbalaba por su cuerpo, provocando pequeñas salpicaduras cuando pasaban por sus tetas. Estas reaccionaron al verme empalmado y sus pezones se endurecieron de manera provocativa.
    
    Me metí en la ducha junto a ella, tomé la alcachofa y dirigí el chorro hacia su coño. La primera impresión hizo que se sobresaltara pero el impacto del agua caliente sobre su clítoris comenzó a hacer efecto. Ella me miraba suplicando que no dejase de masturbarla. Cerró los ojos y se agarró a mis hombros cuando comencé a hacer movimientos circulares. No pudo evitar morder mi hombro cuando su orgasmo la sorprendió.
    
    Yo la abracé y comencé a besarla. La boca, el cuello las tetas. Con las manos amasaba cada uno de sus glúteos y con mis dedos comencé a masajear su orificio anal. Ella me miró sonriendo:
    
    -Eres malo…
    
    -¿Tú crees…?
    
    Se abalanzó sobre mi boca mientras notaba como mi dedo ...
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