1. El día que la gata Sonia me desvirgó (Primera parte)


    Fecha: 26/02/2023, Categorías: Primera Vez Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... pude dormir toda la noche pensando en ello y con la idea que habría otro día más así. La próxima semana un día antes la gata Sonia me había dado la señal y nuevamente cuando sus tíos y primos se fueron, ella volvía a llamarme por la ventana. Ese día llevaba una falda por sobre encima de la rodilla de tela denim y de color azul y una blusa blanca escotada donde le podía ver una buena porción de sus dos ricos melones. Para ese tiempo no imaginaba lo que se me venía, pues en mi mente solo pasaban esos besos que me excitaron una semana atrás.
    
    Nos acercamos y esta vez ambos nos besamos y desde el principio había sido un beso prolongado. Esta vez la gata Sonia me besó en el cuello y me mordiscaba los lóbulos. Ella vio mi excitación pues ella misma me hacía saber que notaba cómo mi piel se erizaba y lo hacía más agresivamente hasta que me desabrochó algunos botones de mi camisa de uniforme y me comenzó a mamar los pectorales y obviamente fue una sensación única y muy placentera. Volvía con los besos y regresaba a besarme el cuello y los pectorales y me halaba las tetillas con sus labios. Con esa mirada linda y sensual me preguntaba:
    
    - ¿Te gusta?
    
    - Si. -le decía.
    
    - ¿Estás excitado?
    
    - ¡Creo que sí! -le volví a contestar.
    
    - Mira. -me dijo haciendo una pausa y continuó. – Nunca vayas a decirle a mi primo nada de esto… si me lo prometes, te prometo que haremos cosas más ricas. – me dijo.
    
    - ¡Te lo prometo! – le contesté.
    
    La verdad que para esa época solamente ...
    ... sabía lo básico de lo que era una relación sexual. No tenía idea del preámbulo, de los juegos previos, ni nada de eso. La pornografía era un tabú y estoy hablando de una época donde la televisión era limitada a ciertas horas y obviamente no había internet y el conseguir un condón era una especie de odisea. Sonia sabía que era un chico tímido, ella me tenía ahí casi inmóvil, inerte… congelado a cómo reaccionar. Intuyendo esto, ella al besarme lo lóbulos me decía al oído:
    
    - ¡Se te ha parado tu cosa! ¿La puedo tocar?
    
    - Si. -le dije.
    
    - Tony, también te doy permiso a que me toques lo que tú quieras. -Me dijo.
    
    - ¡Está bien! ¿Todo lo que yo quiera? -Repetí.
    
    - Si… pero recuerda; esto no tiene que saberlo nadie.
    
    Ella me sobó el pene tomándolo sobre la tela del pantalón mientras nos besábamos y cuando pude, bajé mis manos debajo de la falda y recorrí su entrepierna hasta llegar a sus calzones color blanco que estaban calientes y húmedos. Primera vez que tocaba una conchita y por las orillas del calzón podía sentir algunos vellos. Quizá mi maniobrar por falta de tacto o experiencia fue algo tosco, por no decir bobo. Sonia seguía provocándome con sus palabras al oído:
    
    - ¿Qué me quieres hacer?
    
    - ¡Me gustaría estar adentro de ti! -se me ocurrió decir.
    
    - ¡A mí también Tony, pero será otro día con más calma! ¿Quieres besarme los pechos?
    
    No me había atrevido, aunque los tenía con una buena porción de ellos expuestos para mí. Hice lo mismos que ella había hecho al ...