1. Autobiografía sexual (Parte 8): Lo malo de vivir sumisa


    Fecha: 06/02/2023, Categorías: Confesiones Autor: LorePadilla, Fuente: CuentoRelatos

    La noticia del asesinato del señor Romanin fue bastante impactante para mí. Quise tomar al periódico y leerlo, pero me detuvo un cúmulo de pensamientos que llegaron a mi cabeza. «¿Será que el señor Romanin no pagó mi fianza y lo hizo alguien que me está protegiendo?» fue la cuestión a la que arribé finalmente, después de tanto pensar mientras el tiempo pasaba y mi desayuno se enfriaba.
    
    En eso, miré a mi mamá que se quitaba su mandil y rodeaba con sus manos el cuello de Ignacio para besarlo y despedirse de él.
    
    —¿A dónde vas? —preguntó él con tono serio.
    
    —A buscar trabajo. Tengo que ayudarte con los gastos de esta casa.
    
    —¿Otra vez vamos a discutirlo? Ya te dije que es suficiente con que me ayudes con las labores domésticas.
    
    —Es muy poco comparado con lo mucho que has hecho por mí.
    
    De repente, Ignacio volteó a verme por unos segundos y regresó la mirada hacia mi mamá.
    
    —De acuerdo. Ve con cuidado.
    
    Mi mamá se despidió de mí y yo me mostré fría. No me gustaba lo sumisa que estaba siendo mi mamá, aunque sabía por dentro que yo también era así con quien se me presentara, pero cada vez más reflexionaba acerca de cambiar eso en mi vida.
    
    —¡Órale, desvístete! —me gritó Ignacio recién que se fue mi mamá.
    
    —¿Qué te pasa?
    
    —Tengo que irme a trabajar. A estas horas tu mamá me daba mi despedida pero ahora no podemos porque estás aquí. ¡Apúrate, que se me hace tarde!
    
    —A ella la puedes someter cuando quieras pero a mí no, ya no soy tan dócil.
    
    —¿Así me ...
    ... pagas lo que he hecho por ti?
    
    —Tampoco soy una puta. Si voy a tener sexo contigo es porque quiero y cuando quiero, no porque me obligues.
    
    —La última vez me pediste dinero a cambio, ¿eso no te hace puta?
    
    —Ya no lo soy, ¿entendido? Solo no tengo ganas de hacerlo en estos momentos, me siento mal. Déjame recuperarme de este trauma de haber estado extraviada y estaré dispuesta.
    
    —Mira, te presté dinero, tú mamá me hizo ayudarle a pegar anuncios en los postes de que estabas desaparecida, cuando le llamó a tu mamá esa persona que te encontró fui a recogerte y ahora te estoy dejando vivir en mi casa. Por lo menos un rapidín es lo que te estoy pidiendo, no te cuesta nada más que poner el culo y yo hago el trabajo.
    
    —¡Ya te dije! ¡Ahorita no!
    
    —¡Aquí se hace lo que yo digo, mocosa! —dijo enfurecido y me haló del cabello para aventarme en el sofá.
    
    Quise poner resistencia, pero él tenía mucha fuerza. Me sometió como policía a ladrón contra el suelo, en este caso él sobre mí en el sofá, me bajó el pantalón con todo y ropa interior. Por instinto yo solo gritaba repetidamente "¡no!" y llevaba mis manos hacia mi trasero para evitar que me penetrara.
    
    —¡Es mejor que te relajes! ¡Te dolerá si te resistes! ¡Quita las manos!
    
    Yo estaba espantada, aún sin llegar al grado de llorar. Estaba temblando y en la desidia entre dejarme o no pensé «al fin que ya he pasado por este tipo de humillaciones». Fui retirando mis manos de mis nalgas poco a poco y él sacó su verga a través de la ...
«1234...»