1. Patricia estaba paseando


    Fecha: 05/02/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que al final te tendré que pagar de tanto que me adulas
    
    -Qué es adulas señora? No la he tocado, usted me perdone si la he ofendido
    
    -Que no, que no, adulas no es tocar, no pasa nada
    
    -Es que me moriría si la pudiese tocar señora…
    
    -Hombre –y se quedó quieta pensando lo que habría querido decir en su medio castellano aquel inmigrante negro sobre lo de tocar –tanto como morirte, ya será menos
    
    -Que si señora, solo tocarla y mi cuerpo dejaría de vivir
    
    -Ja ja ja eres increíble, mira que te dejo que me toques y luego te entierro en el jardín, ja ja ja.
    
    -No lo haga señora, no
    
    -No seas tonto, quien te ha metido esta barbaridad en la cabeza
    
    -Mi hermana que me quiere mucho
    
    -Bueno, para que veas que es mentira, ven, coge mi mano y te convences
    
    El chico se puso sentado en el sofá arrimado del todo con Patricia que le alzó el brazo dándoselo. El se lo cogió con las dos manos como si cogiese la sagrada comunión sin apenas apretar, Movió sus dedos a lo largo del antebrazo y lo acercó a su nariz aspirando un buen rato aquel perfume de la piel de una blanca, tan distinta a la de su hermana. La señora Patricia había cerrado los ojos tras aquella aspiración y volvió a sentir el hormigueo en su cuerpo, ahora más localizado en el bajo vientre. Kowa ascendió como hipnotizado por el brazo hacia la axila y vio la piel de gallina de la señora y sus ojos cerrados. Pensó que era su oportunidad de agradar a la señora por su gran corazón y contentarla con aquella caricia ...
    ... en sus brazos que veía le gustaba bastante.
    
    Rodeó con su brazo derecho a la señora y ahora tenía un brazo de ella en cada mano, apenas rozando la piel y erizándola lo que causó un gemido en ella que hizo que se recostara en el respaldo del sofá por lo que tuvo que sacar rápido el chico su brazo para no quedar atrapado en la espalda de la señora, pero no por ello cejó en su empeño de hacerla contenta y colocándose casi encima de Patricia la abrazó con sus brazos en los de ella y quedó con su cara enfrente a la de la señora respirándole su tibio aliento. No supo qué más hacer hasta que ella abrió sus enormes ojos y le sonrió.
    
    -Me ha gustado mucho tu caricia en mis brazos –le dijo echándole expresamente las palabras en plena cara del negrito, pero sin moverse ni cambiar de posición.
    
    -Señora, no lo entiendo, en lugar de morirme estoy con tanto gusto que le daría un beso
    
    -Pues creo que me lo merezco –dijo ella sin dar crédito a sus propias palabras, pero cachonda perdida desde hacía mucho rato. Su desentreno en las cuestiones eróticas desde tanto tiempo y el sentirse admirada y quien sabe si deseada, por un mozalbete negro, inmigrante y sin referencias, le estaba causando una especie de enganche con el proceder del chico que se encontraba en el mismísimo cielo. Su sexo le recordó que sus fluidos aún los tenía para algo y comenzó a mojar el tanga. Qué gracia, era casi un niño pero la estaba seduciendo sin darse cuenta ni el mismo.
    
    El negrito, sin dudarlo, aproximó su ...