1. Patricia estaba paseando


    Fecha: 05/02/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Patricia estaba paseando a pesar del tiempo ventoso que hacía aquella mañana de verano algo flojo. No tenía ningún proyecto para los próximos dias en que unas cortas vacaciones merecidas llenarían su tiempo con paseos y tediosos relajamientos para quitar el stress acumulado. A sus 41 años, separada desde hacía siete y sin hijos, no había dedicado tiempo a las relaciones personales y si, en cambio, a su innata afición por los asuntos de empresa que había heredado de su padre, al ser hija única.
    
    El viento arreciaba cada vez más y temió por su pamela para el sol que poca utilidad le hacía en un día semi nublado. Lo que pensó no le sirvió de mucho puesto que un fuerte empujón de aire le desprendió de la cabeza aquel sombrero tan de moda en las costas cantábricas, que fue a parar a los escollos del paseo marítimo. En aquellos momentos nadie transitaba por el lugar excepto un niño con su perro. Ella exclamó un ahhh! tan alto que el único superviviente del lugar se giró y se dio cuenta del problema de aquella señora y sin apenas dificultad saltó de pedrusco en pedrusco hasta llegar al lugar donde había quedado encajada la graciosa pamela de la dama. La retiró y volviendo por los mismos escollos de protección marítimos, se quedó delante mismo de la mujer que casi no había reaccionado ante la gesta del jovencito. Se dio cuenta de que no era tan niño, tendría unos trece o quince años pero la sorpresa fue que era negro. No esperaba encontrar ningún habitante de color por aquellas ...
    ... latitudes, todos estaban más bien en los campos del sur o en las urbes industriales haciendo las labores que no querían hacer los propios del lugar, como la emigración a Alemania o a Suiza de los años 40 y 50.
    
    El chico sostenía el sobrero en su mano extendida hacía la señora y esta se fijó entonces en la mascota del jovencito, un doberman de los grandes, precioso de negro y patas doradas y por lo visto domesticado pues su agresividad es conocida. Aturdida por la cantidad de cosas que habían transcurrido en apenas unos segundos, menos de un minuto, Patricia no había reaccionado todavía.
    
    De pronto se sintió desagradecida con aquel muchacho y pensó que bien se merecía una recompensa. Abrió su monedero y sacó un euro para dárselo al jovencito pero este negó con la cabeza, como renunciando al premio. Sin saber como reaccionar pensó enseguida en invitarlo a un helado o invitarlo a comer algo, pues es sabido que los inmigrantes no están sobrados de comida. Le propuso las opciones y cuando ella dijo lo de “comida” el se sonrió y asintió con la cabeza. Entonces Patricia creyó que no iba a ir a un restaurante con el chico y su perro y creyó que lo más acertado sería ir a su casa con comida de sobras en el congelador, la nevera y la alacena, si, eso sería lo mejor. Cuando se lo dijo el chico se volvió a sonreir y se puso a andar al lado de la mujer muy feliz y llevando a su perro que trotaba también feliz. Ella pensó que el perro podía estar muy bien en el jardín privado de la casa, ...
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