1. El regalo. Un antes y un después (Vigésima novena parte)


    Fecha: 27/01/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... lengua los terminó de empapar y ya por delante, busco la manera de acceder por el talle de la minifalda hasta mi vulva, que estando henchida por la expectativa de ser pronto explorada, intentó con poco éxito meter un dedo hasta que yo se lo facilité, tomando aire y oprimiendo mi vientre lo más que pude para ahí sí sentirlos ingresar. Uno, dos dedos más, cuando arquee por la excitación mis piernas para facilitarle el acceso a mi interior.
    
    Su manera hosca de acariciarme, abrir los labios de mi boca para morder los míos con algo de torpeza y hacerme sentir suya con su esmerado esfuerzo, me hizo gracia debido a que tal vez intentaba Hugo, impresionar más a nuestros dos cómplices espectadores, que al cuerpo deseado de la mujer que mantenía él, atrapada entre el frio cristal y el calor excitante de su respiración agitada sobre mi rostro y de su verga tiesa oprimiéndose contra mi vientre. Pero sí, me gustó y más aún imaginando como a través del cristal, Martha y Rodrigo, podrían haber observado la desnudez de mis nalgas aplastadas contra el cristal y una mano nueva que las palpaba ágilmente ante su presencia.
    
    Hugo intentó ser a la vez romántico y seductor. A la primera idea no le pegó mucho en verdad, pero a la segunda por supuesto que sí. Me encantó su brusca manera de estamparme contra el cristal para besarme y toquetearme; estuve al momento excitada por aquel primer beso apasionado y ya no ocultado antes los ojos de su esposa o los de Rodrigo. Y para ser franca, yo me ...
    ... encontraba encantada con la idea de ser compartida, siendo deseada por dos hombres, querida por uno y amada por el otro. ¿Y Martha? ¡Mierda! No reparé en ella en un principio y de manera egoísta me dejé llevar por hacer sentir cómodo a su esposo, a pesar de que ella junto a mi marido, compartieran aquella erótica iniciación.
    
    Pensaba en cómo iba a continuar aquella velada. ¿Cuándo empezaríamos? ¿Dónde lo haríamos? Y por supuesto, como sucedería nuestro íntimo encuentro y quien de todos, sería el indicado para oprimir el botón de aquella esperada explosión de entregada pasión. Pero tan pronto como hice el esfuerzo por bajar mis brazos y liberarme, Hugo me soltó y se apartó de mí un paso atrás, algo temeroso de mi reacción y obviamente de la de su esposa y de Rodrigo, que ya ingresaban al salón. Pero yo decidida, pasé mis brazos por sobre su cuello a modo de un tierno candado y me lancé a comerle su boca, deseosa de probar otra vez sus labios, mordiéndoselos despacio.
    
    Con mi esposo casi al lado y Martha abrazada a él, yo fui estirando con mis dientes la fresca y húmeda carne que tenía en frente de mi boca. Una vez arriba, extensa en segundos y dos más corticos en el labio inferior. Mi aliento soplando hacia su interior y de esa cavidad mi lengua extraía saliva, lengua y Hugo a su vez, me devolvía con ansias su resuello.
    
    …
    
    Cuando Martha y yo dirigimos nuestras miradas hacia el lugar de donde provino el golpe que habíamos escuchado, ninguno de los dos nos turbamos por ...
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